Jordi Hernández Borrell es un profesor de la Universidad de Barcelona que la lección del respeto básico a los demás, sobre todo si tienes que dar ejemplo a tus alumnos, se la pasó por el mismo forro y clamó contra Miquel Iceta, el candidato del PSC, de la siguiente forma en las redes sociales:

«Carles, no te pongas a su nivel. Iceta es un impostor. Un ignorante y un demagogo que vive del partido desde hace 30 años. Tiene los esfínteres dilatados y baila al son de Ciudadanos y del PP. Es un ser repugnante».

El tal Hernández Borrell cogió toda su ira y la transformó en una aberración «literaria»

Pues sí, el tal Hernández Borrell de apellido se tuvo que levantar una mañana, cogió toda su ira y la transformó en una aberración «literaria» contra el líder del socialismo catalán simplemente porque defiende ideas completamente diferentes a las suyas y porque Iceta, he aquí el quid de la cuestión, es homosexual.

No pensó que sus neuronas no le daban para más y ni corto ni perezoso arremetió contra los esfínteres de un hombre, con el que podemos coincidir políticamente o no, que lo único que pretende, como otros cuantos más, es presidir una comunidad autónona, la catalana. Sea cual sea su condición sexual. Que gasta bemoles que todavía estemos así en el siglo XXI.

Pero el tal Hernández Borrell, que es director del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología y a quien por cierto su Universidad ha recriminado sus declaraciones porque no pueden ser más homófobas además de anunciar que estudiarán las medidas oportunas,  ha sacado su independentismo a pasear de la forma más burda y con un argumento tan absurdo que lo primero que debería hacer es pedir perdón. Pero no, lo primero que se le ocurrió después de tan desproporcionada verborrea fue quitar los comentarios de Twitter para incluso después desaparecer del mapa de la red social. No dar la cara, se llama eso. En Cataluña también.

Hay que ser del género, tonto no, sino muy tonto, para despacharse así contra alguien solamente porque sus opiniones no coinciden con las suyas y sus gustos sexuales difieran por completo.

Por supuesto, el secretario general de los socialistas españoles, Pedro Sánchez, ya ha calificado sus palabras de inaceptables y lamentables e incluso Socialistes LGTBI ha pedido en una campaña a través de change.org que se destituya al tal Hernández Borrell de su cargo.

Yo me sumo a ella porque solo así se acaba con actitudes tan impresentables y fuera de época, más propia del Paleolítico que del mundo actual.

Tolerancia cero también contra estos individuos que sacan los esfínteres de los demás a pasear pero se guardan a buen recaudo los suyos.

Cuánta estulticia suelta anda todavía por ahí…

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es