Los datos han sido aportados el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, durante su comparecencia en el pleno de las Cortes, a petición propia, para dar cuenta de la campaña de extinción de incendios de 2017, que este año ha contado con la particularidad de que se ha prolongado hasta el 31 de octubre, debido a las altas temperaturas.
Martínez Arroyo ha especificado que hasta finales de septiembre se han computado 1.212 siniestros en la región, el 6 por ciento más respecto al mismo periodo de 2016 y el mismo porcentaje más respecto a los incendios del último decenio.
De estos siniestros, 1.005 han sido conatos -es decir, de menos de una hectárea-, y 207 incendios, mientras que del total, 722 fueron siniestros forestales, un 19 por ciento más que la campaña anterior, de los que 207 fueron de más de una hectárea.
Además, la superficie afectada ha sido un 41 por ciento más, con 8.230 hectáreas, frente a 5.857 hectáreas de 2016.
En cuanto a las causas de los 1.212 siniestros, 466 fueron por negligencias, 285 fueron incendios intencionados, 133 por causa de rayo, 16 reproducciones de incendios y 267 por causas desconocidas.
Los incendios más relevantes de la pasada campaña se registraron en Almoguera (Guadalajara), Ciudad Real capital, Yeste y Molinos (Albacete) -el más importante del verano que arrasó 3.217 hectáreas- Campillo de Altobuey (Cuenca), Cañamares (Cuenca), Las Herencias (Ciudad Real) y en San Pablo de los Montes (Toledo).
De los tres más importantes, el de Yeste fue causado por una negligencia; el de Campillo de Altobuey -que arrasó 1.057 hectáreas- fue un accidente y el de Cañamares tuvo su origen en una acción humana, si bien de momento se desconoce si fue negligencia o hubo intencionalidad.
Además, ha detallado que si bien hay personal dedicado a la prevención y extinción de incendios todo el año, el mayor volumen de efectivos se concentra en el periodo de mayor riesgo, cuando se ha contado con más de 2.500 personas, de las que 524 han sido funcionarios y personal laboral de la Junta, y el resto, personal de Geacam.
En cuanto a los medios materiales, se ha contado con 51 brigadas terrestres, 51 autobombas, 13 brigadas helitransportadas, 112 puestos de vigilancia, 18 helicópteros, cinco aviones de carga en tierra y 2 aviones de coordinación, 5 nodrizas, 38 autobombas retén, 39 patrullas y 17 equipos de maquinaria pesada.
A ello, se deben sumar los medios aportados por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente y la ayuda recibida por otras comunidades autónomas en incendios como el de Yeste-Molinicos.
Arroyo ha explicado que esta campaña de incendios ha estado caracterizada por unas condiciones climatológicas «muy adversas», con altas temperaturas y una «importante sequía» que sigue afectando a la región.
En concreto, ha indicado que junio fue «muy cálido» con una ola de calor que se prolongó de 13 al 21, pero también con episodios tormentosos, mientras que julio y agosto fueron más húmedos de lo normal, debido a las lluvias de principios de julio y finales de agosto, y también con olas de calor.
Además, septiembre y octubre fueron meses «muy secos» y mientras que septiembre fue normal en cuanto a las temperaturas, en octubre sí se situaron por encima de lo normal.
Por todo ello, ha resumido que se ha tratado de una «campaña anómala y llena de contrates» que en total ha registrado cinco olas de calor que han durado, en conjunto, 25 días.
En total, se ha contado con un presupuesto de 34,5 millones de euros para la extinción de incendios y otros 44 millones para la prevención.
Pero el diputado del PP en las Cortes Antonio Martínez ha criticado que «la campaña ha ido francamente mal», ya que los datos, tanto de incendios como de superficie afectada, «son peores que el año pasado» y ha valorado que no ha sido aún más mala gracias al trabajo del personal de prevención y extinción de incendios.
«Esta campaña ha sido peor fruto a su mala gestión y su pésima coordinación», ha denunciado Martínez, que ha criticado la forma en que se afrontó el incendio de Yeste, en Albacete, y en el que, según ha denunciado, se tardaron 24 horas en activar el nivel 2 de emergencia cuando, según su criterio, se debería haber hecho antes, y en el que también se dieron episodios de descoordinación, como bomberos «esperando horas» a que les dijeran dónde tenían que acudir.
En cambio, la diputada del PSOE Carmen Torralba ha defendido la gestión realizada por el actual Ejecutivo castellanomanchego frente a la labor del Gobierno del PP, del que ha recordado que transformó en fijos discontinuos a todos los trabajadores de Geacam.
Sin embargo, ha destacado que ahora hay 217 empleados más en Geacam que trabajan los 12 meses del año y que también se invierte más en prevención de incendios, pues a su modo de ver «la prevención no es una opción, es una necesidad, porque no se puede fiar todo a la extinción».
Por su parte, el portavoz de Podemos en las Cortes, David Llorente, si bien ha valorado que «se han comenzado a revertir los recortes», ha opinado que aún es insuficiente y pide más inversiones en Geacam, tanto para medios humanos como materiales.