Así describe David Hernández, un joven de 33 años, a la ciudad de la que «quedó prendado» desde que ya era pequeño. Él, natural de Talavera y con raíces en Consuegra, admite que cuando su padre le llevó por primera vez a visitar Toledo comenzó su «amor» por esta ciudad que así describe, como «imperial y mágica».
Ahora sus imágenes han dado la vuelta en las redes sociales. En ellas, un halo de niebla -como la que ve toda la ciudad en estos últimos días, al despertar- rodea el centro neurálgico de Toledo, con una forma casi perfecta, como si la ciudad estuviera «reinando» en lo alto.
«No ha sido hasta hace varios años atrás, desde que soy aficionado a la fotografía» cuando ha podido dejar inmortalizados los «encantos, arquitectura, arte e historia» de la capital castellano-manchega, como admite, «desde otro punto de vista».
Él, como cuenta a la redacción de encastillalamancha.es, quiere imaginarse la vida «en otros tiempos y con todo lo que tiene detrás», cada vez que pone el ojo sobre el visor de su cámara, antes de disparar el obturador, e iniciar así un recorrido a través de esas leyendas y secretos que albergan «cada muro y cada calle» algo que, admite, le «eclipsa».
Ahora plantea un proyecto fotográfico sobre la ciudad imperial que pretende compartir «con todas las personas que aman Toledo», con el fin de mostrar un nuevo punto de vista y «poder emocionar» tanto o más como a él le emociona la ciudad «cada vez» que la visita, cuando regresa de Madrid.