La operación se denominó Waste y la investigación se prolongó durante nada menos que nueve meses. Y lo que determinó la Ucoma de la Jefatura del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) fue que había un gestor que simulaba el transporte de residuos peligrosos que se producían en una empresa química de la provincia de Madrid hasta su planta en Soria para, supuestamente, una vez tratados y aplicados los diferentes procesos descontaminantes, trasladar el producto final hasta otra ubicación en la provincia de Guadalajara, en concreto en Chiloeches, donde eran eliminados una vez que, en teoría, habían perdido su condición de peligrosos.
Los residuos peligrosos iban directamente de Madrid a Chiloeches sin pasar por Soria
Pero la realidad era muy distinta: los productos peligrosos, efectivamente, salían de Madrid pero nunca llegaban a Soria porque iban directamente a la ubicación en la provincia de Guadalajara. Un recorrido de no más de 25 kilómetros donde los productos eran eliminados, sí, pero conteniendo toda su carga contaminante activa.
En total, según la estimación aproximada de la Guardia Civil, se habrían eliminado unas 3.000 toneladas de residuos peligrosos en la planta de Chiloeches sin ningún tratamiento previo de descontaminación. Hay cinco personas pertenecientes a diferentes empresas que están siendo investigadas por supuestos delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, estafa y falsedad documental.
Es más, los trabajadores de la planta de Guadalajara quedaban expuestos a los peligros del manejo de los residuos ya que, aunque supuestamente llegaban como ya tratados, en realidad contaban con todos los elementos de riesgo. Empresa en la que, tal y como ha recalcado la Dirección General de la Guardia Civil en un comunicado, hubo un incendio en verano de 2016 «que fue muy seguido por todos los medios de comunicación. Hecho que se produjo en plena investigación por las actividades ilegales que ya venían realizando anteriormente».
Para disimular que esos productos peligrosos «viajaban» hasta Soria (según la investigación de la Guardia Civil, no era cierto) contrataban a una empresa de transportes y mediante un sencillo pero efectivo sistema ponían en relación los supuestos recorridos que nunca se realizaban, documentando el falso viaje hasta tierras sorianas con un vehículo concreto, identificado con matrícula, mientras que el supuesto trayecto desde Soria a Guadalajara se falseaba con otra matrícula diferente.
Así lograban, con el uso de estos documentos, que se blanqueara el movimiento de los residuos, presentando el balance final como una acción totalmente respetuosa con la legislación y con el medio ambiente. Por lo que realizaban certificados de gestión falsos, documentos de control y seguimiento y cartas de porte.
Además, las actuaciones realizadas por estas empresas investigadas «tendrían también otra línea delictiva, al estar cobrando a sus clientes todo el proceso de tratamiento que no se hacía, más de las cuotas por transporte que tampoco se realizaban».