A cualquier toledano que le cuentes que el río Tajo a su paso por Toledo ha mejorado en los últimos años lo mínimo que va a hacer es mirarte con cara de espanto. Eso si no se ríe luego de ti y te invita a llegar a la orilla y, por qué no, si tan mejorado está, pegarte un bañito para disfrutar de esas maravillosas aguas que bajan tan, parece ser, cristalinas y que te invitan a compartir…

El día que el Tajo lleve agua azul sería noticia internacional

No sé cómo de a gusto se quedó quien en la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) permitiera que se dijera la frase: «El Tajo a su paso por Toledo experimenta una continua mejora durante los últimos años». Precisamente esos mismos años en los que se aprecia, la crueldad ya es a diario, una cantidad de mierda en forma de espumas que no solo da asco mirarlo, sino una tremenda vergüenza porque parece que ya es tan normal ver las «blancas» aguas que el día que lleguen de color azul será una noticia de alcance internacional. No es broma, la CHT lo dijo, aunque cueste creerlo.

Sí, porque da asco ver el Tajo a diario a pesar de su «continua mejora». Qué sarcasmo, qué burla, qué ironía mordaz y cruel con la que se ofende al río…

Que si el amonio, que si el fosfato… ¡Venga ya! Pero vengan ya a ver la estampa de un río muerto, maltratado y del que cualquier país europeo que se precie lo escondería para que no lo viera nadie. Se acaban las palabras para definirlo.

Y comienza el tiempo para decir a quien quiera escucharlo que lo que antes era un río ahora es una cloaca inmunda, una alcantarilla gigante al aire libre… Y todavía tenemos que escuchar a quienes tendrían que velar por él y mimarlo que ha mejorado en los últimos años.

Este país es «asín».

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es