La ciencia puede ser de muchas maneras, puede tener muchos nombres y muchos adjetivos; diferentes formas de ser entendida y, sobre todo, de ser puesta en práctica. Desde Toledo y con las puertas abiertas a cualquier sitio de Castilla-La Mancha -también a aquellos entornos rurales donde escasean los libros, las escuelas y los centros médicos-, un grupo multidisciplinar de profesionales decidió cambiar la inercia con ‘Ciencia a la Carta’. Todas están ligadas y ligados al saber (no olvidemos que la palabra ‘ciencia’ proviene del ‘conocimiento’), y hace poco más de un año decidieron darle una patada con fuerza centrípeta a los esquemas tradicionales, a las charlas dentro de las aulas, al aburrimiento y a los clichés preestablecidos.
Enseñar ciencia en los bares… ¿Por qué no?
‘Ciencia a la carta’ puede generar diferentes reacciones, pero hasta el momento, la que más ha provocado ha sido la del gusto, un gusto no solo en boca, que también, sino un gusto producido por la conexión neuronal que nos genera ese placer cuando algo nos hace sentir bien. Han realizado diferentes «puestas en escena», desde bares a bibliotecas, y han sido apoyadas por mucha gente que ha acudido, sin prejuicios, a una actividad que les permite saber más y nuevas cosas, para poder ser puestas en práctica en el día a día.
«Si eres propietario de un bar o restaurante, responsable de un centro social, sanitario, cultural o educativo, representante de una administración o colectivo, etc., que quiera en su sede una charla o taller de contenido científico, contacta con nosotros», dicen abiertamente desde su web.
Femenino, plural, con diferentes ingredientes y para saber más
El equipo técnico y organizativo de Ciencia a la Carta está formado por dos mujeres y un hombre: María José Ruiz (Doctora en Química y profesora en la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímicas de la UCLM en Toledo) , Arantxa Castaño (Periodista, licenciada en Historia, responsable de Comunicación en el Campus de Toledo, investigadora y también aficcionada a la ciencia) y Gabriel Rodríguez (Doctor en Física y profesor en la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímicas en Toledo, además de investigador).
Ellas tienen muy claro que «entender la ciencia es comprender el entorno» y por eso se subieron a este barco donde cada componente tiene su nombre de la Tabla periódica y desde el que ponen ‘ojo avizor’ para extender unos conocimientos, de una forma diferente, para hablar de unos temas «que no son frecuentes», tal y como nos explican momentos antes de la charla de Marián García en la Biblioteca Pública de Castilla-La Mancha.
Con zapatillas de «andar por casa» y -como nos explican- desde una perspectiva centrada en «las olvidadas», aquellas que no están presentes y reclaman su sitio en todos los ámbitos, también en el de la ciencia, esta iniciativa, Ciencia a la Carta, nace tras la puesta en práctica del programa ‘Pint of Science’, una propuesta internacional para llevar el conocimiento a los bares y a entornos más coloquiales. Así, decidieron continuar con esa idea para convertirla en un menú a gusto del consumidor.
[ze_summary text=»En la primera puesta de largo de la ciencia ‘alternativa’ en Toledo tuvieron un duro competidor: el fútbol»]En la primera puesta de largo de la ciencia ‘alternativa’ en Toledo tuvieron un duro competidor: el fútbol[/ze_summary]
«El ‘Pint of Science’ lo hicimos en Toledo y salió muy bien», explica Gabriel durante la entrevista. «Competimos con el fútbol, porque jugaba la Selección, y al final conseguimos que viniera más gente de la esperada, completamos el aforo del Buca (bar toledano)». «Lo hicimos de forma amena, con cosas que enganchaban y desde ahí, comenzaron a pedirlo más… Nos llegaron más propuestas y peticiones para seguir», explica el profesor de la UCLM.
María José subraya que la idea de llevar la ciencia a los bares «ya estaba inventada de forma internacional, pero dijimos que podría estar bien hacerlo aquí». Desde la organización, se dieron cuenta de que la gente que acudía a estos eventos «estaba muy relajada y muy contenta, con su bebida, escuchando temas diferentes, sobre cosas de las que no se suele hablar».
Por eso, se dieron cuenta de que esa idea era, precisamente, la que había que desarrollar, pero no solo en los bares… ¡También en la radio! Así comenzó ‘Ciencia3’, el programa dominical que este colectivo realiza, semanalmente, en la Cadena Ser de CLM, magazine desde el que también tratan de dar visibilidad a las mujeres científicas, hablando de ellas, divulgando sus actividades y poniendo frente al micrófono a investigadoras y expertas en la región.
«Solemos llevar a científicas que hayan tenido un papel importante en el tema del que hablamos y que, por lo general, la gente no sabe que sean mujeres por las actividades que han realizado. Muchas veces han sido borradas del mapa», cuenta Gabriel.
«Para entender el mundo hace falta saber sobre ciencia»
«Nosotras estábamos acostumbradas a dar charlas de divulgación para los nuestros, en clase, en la Universidad…, pero no para un público general», explica María José. Por eso, Arantxa dice que esta «iniciativa transversal» trata de implicar, además, a diferentes ramas del conocimiento, por lo que cuentan en el equipo de colaboradores con cerca de 30 personas de «diferentes disciplinas».
«Hay un déficit de cultura científica», continúa Arantxa, por lo que desde el equipo de Ciencia a la Carta tratan de hacer divulgación «precisamente para subsanar eso». «Para entender el presente, hay que saber historia, política, física, química…», sostiene María José, porque de lo contrario, «te puede engañar cualquier charlatán, no sabes qué coche comprarte, qué servicios tiene uno y otro, no entiendes por qué te cierran el centro de una ciudad en una determinada época del año, ni lo asumes», explica la profesora.
Todo ello, porque «cultura hay una y lo que va adquiriendo una persona son conocimientos que le permiten entender el mundo en el que vive», sostienen. Esta idea, este eslogan, también tiene mucho que ver -y lo dicen ellos- con el lema de la revista Principia, dirigida por el conquense Quique Royuela: «Una única ciencia». Por lo tanto, tratan de difuminar esa (muchas veces) sólida frontera entre ‘ciencias’ y ‘letras’.
¿El gancho? Que el público elija lo que quiere
«Después del Pint of Science, nos dimos cuenta de que había mucha gente que quería contar sus cosas y que al público no le interesa escuchar charlas sobre cosas aburridas», explica Gabriel sobre el origen del componente «a la carta» de esta iniciativa. Así, este colectivo se inclina más por el «pide lo que necesitas», para seleccionar las charlas y los sitios donde darlas, dependiendo de la temática.
Como cuando llegas a un restaurante, en ‘Ciencia a la carta’ tienes el menú del día disponible, platos e ingredientes incluidos, para saber y orientarte sobre lo que vas a probar, para entender por dónde tiene que ir la degustación y, sobre todo, para intentar acabar con un buen sabor de boca.
Menús especiales, maridajes cuánticos, «platos combinados» para los más pequeños… Así, los organizadores de esta iniciativa se pone en contacto con la gente «para las charlas que queremos introducir», explica María José. «Es a la carta de verdad y, como la gente se pone a trabajar, no estamos teniendo ningún problema», admite la profesora de la UCLM.
Sus próximas degustaciones, también tendrán en cuenta el cine, la magia y la contaminación en el día a día. Diferentes temáticas a abordar, desde muchas y variopintas perspectivas. Todo por hacer más ameno el conocimiento sobre temas científicos, y todo por divertirse, cada vez más. Eso sí, aprendiendo.
La «selección» de ‘Ciencia a la Carta’
Detrás de esta iniciativa, como bien recordaba Arantxa, se encuentra la particular «selección» de científicos, casi todos ellos de la Universidad de Castilla-La Mancha, así como del Consejo Superior de Investigaciones Científicas: el CSIC, además de otros organismos y entidades relacionadas con la investigación.
En la «cocina» de este proyecto están María Teresa Baeza Romero, doctora en Química y profesora de la UCLM; Rocío Baquero Noriega, doctora en Ciencias Biológicas y profesora de la Facultad de Ciencias Ambientales de Toledo; Leonor Chico Gómez, doctora en Física y titular del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid del CSIC y Ángela Crespo, licenciada en Humanidades, con un máster de Patrimonio Histórico y miembro del grupo de arqueología Cota 667.
También lo están Miguel Ángel Díaz Moreno, del mismo grupo de arqueología y patrimonio, Cota 667; Raquel Fernández Cézar, investigadora y miembro de la Sociedad de Profesores de Matemáticas de CLM; Enrique García Gómez, doctor en Medio Ambiente, ingeniero forestal y director del Centro Cultural San Clemente y del Sitio Histórico Santa María de Melque y Marc Gener, del CSIC, doctor en Química y experto en investigaciones metalúrgicas.
[ze_summary text=»Una cocina grande, variopinta, con multitud de ingredientes, con muchos ayudantes y muchas recetas por hacer… Y por descubir»]