Greenpeace buscar en su nueva campaña que Albacete sea una de las diez ciudades de España que se convierta en «más humana, más saludable, eficiente, menos contaminada o con menos resíduos». La capital de provincia castellano-manchega recoge el órdago que lanza la organización ecologista, con el fin de que se convierta en una ciudad sostenible.
Este reto «de revolución urbana» que lanza Greenpeace España a Barcelona, Madrid, Santiago, Valencia o Zaragoza, entre otras, busca un trabajo común con el fin de conseguir «cambios sustanciales en materia de resíduos, salud, alimentación y movilidad». Por ello, tal y como explican en un comunicado, desde la organización han mandado un reto para que se conviertan «en ejemplos a seguir a nivel nacional e internacional».
Albacete, «con gran potencial para introducir mejoras»
Así, desde la ONG ambientalista proponen una serie de factores a cambiar en Albacete, una vez que han repasado las propuestas o planes que se han realizado desde el Ayuntamiento de la ciudad. Greenpeace menciona el plan de movilidad que tiene redactado el Consistorio, aunque consideran que «no llega a límites como el de grandes ciudades», pero sí supera la concentración media tanto anual como diaria de partículas contaminantes en suspensión dentro de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Mientras que en otras ciudades, como Madrid o Barcelona, los retos son más amplios, en la capital albaceteña se plantean sobre todo, una serie de medidas que tengan que ver con la movilidad y la calidad del aire, antes que con la alimentación, los resíduos plásticos de un solo uso, o la moda (que es, según la ONG, la segunda industria más contaminante del planeta).
Por ello, en la organización ecologista creen que se pueden llevar a cabo una serie de medidas «de forma rápida y exitosa», tal y como muestran en el documento que han presentado en esta nueva campaña de consumo. Albacete «podría «replicar el éxito internacional de otras ciudades españolas» y demandan al Ayuntamiento que apruebe la declaración como «ciudad 30», para limitar la velocidad a 30 km por hora por las calles de la ciudad; una medida que se tomó en consideración hace más de dos años pero que, aún, no ha sido llevada a cabo.
En esta línea, Greenpeace también reclama un «plan de mejoras y planificación» para que la limitación de velocidad -y por ende, de emisión de gases y partículas- sea una realidad y así se pueda lograr «un incremento de la marcha a pie y en bicicleta».
Economía justa, desarrollo sostenible o más productos vegetales y ecológicos
Aunque estas son, por un lado, los objetivos más específicos para la ciudad más poblada de Castilla-La Mancha, pero también la organización dibuja una serie de planteamientos que se emiten, en común, para las ciudades elegidas.
Las demandas más genéricas que hace Greenpeace a las ciudades tienen que ver con promover nuevas fuentes de empleo sobre factores estratégicos, con una economía más justa y colaborativa o que se apliquen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, además de la reducción de plásticos de un solo uso. Tambié piden mayor apoyo para la «reducción del consumo de carne y otros derivados animales provenientes de la ganadería industrial», para que, en contra, se incrementen las «opciones donde predominen los alimentos de origen vegetal ecológicos y locales».
Desde la ONG avisan: el 80 por 100 de la ciudadanía española vive en ciudades y es en esos lugares donde se consume más y en mayor medida, también más plásticos y, por lo tanto, se genera más contaminación y resíduos, o se siguen prácticas poco sostenibles.