José Romero, vecino de Illescas (Toledo) y gerente de una empresa de la construcción, ha denunciado haber sido objeto de una agresión homófoba en una discoteca de Montroy (Valencia), donde vive su compañero sentimental y en compañía del que se encontraba en el momento del incidente.
Según ha relatado a Efe el propio afectado, los hechos ocurrieron a las 2,30 horas de la madrugada del pasado sábado, en la discoteca «Bacus», después de que el camarero se negara a servirles unas bebidas, tras haberlos visto besarse y manifestar que eran «gays».
José ha explicado que no suelen ser muy explícitos en sus gestos de cariño «por ser ya mayorcitos» (él tiene 45 años y su pareja, Rafael, 51), pero que se besaron ante el camarero, tras insinuar éste que una niña que también se encontraba en el local en ese momento, junto a otras tres mujeres, se había asustado al verlos entrar «por alguna razón».
«Fue entonces cuando Rafael dijo que éramos gays y nos besamos», ha detallado José, quien ha agregado que, tras negarse el camarero a servirles, decidieron abandonar el local de forma pacífica y que, cuando ya se encontraban fuera a unos 20 metros de la discoteca, se produjo la agresión.
«Sin saber cómo ni por qué recibí un puñetazo del camarero entre la frente y la nariz que me dejó inconsciente durante unos segundos y cuando me espabilé tenía un mordisco en el brazo, que me produjo una de las mujeres», ha relatado José, cuyo compañero lo único que consiguió, al pasar todo tan rápido, fue apartar a éstos de su pareja.
José ha asegurado que «nunca en la vida» le ha ocurrido algo así y que le sorprende aún más «viniendo de gente joven, de la que se espera más tolerancia», pues tanto el camarero como la mujer que le agredieron tenían alrededor de treinta años.
El empresario toledano ha destacado también «el cariño y la comprensión» que siempre han notado en el pueblo de Montroy, donde viaja los fines de semana para estar con Rafael, hecho que la mayoría de sus conocidos y amigos ven «con total normalidad».