Lo explican los miembros de la Plataforma en Defensa del Tajo de Toledo: «Por fin en Toledo el agua y el color que prevalece es el propio de escorrentías (corrientes de agua que se vierten al rebasar su depósito o cauce naturales o artificiales). Viene un caudal de alrededor de 200 metros cúbicos por segundo…».
Por fin en #Toledo el agua y el color que prevalece es el propio de escorrentías. Viene un caudal de alrededor de 200 m3/s. Eso sí, del #Tajo son sólo apenas 8 m3/s, que hay que ir haciendo caja en cabecera para dar rienda suelta a los ansiosos e insostenibles dictados lobistas. pic.twitter.com/QzTagpwHYZ
— Tajo Toledo (@tajotoledo) March 17, 2018
«Eso sí -continúan- del Tajo son solo apenas 8 metros cúbicos por segundo, que hay que ir haciendo caja en cabecera para dar rienda suelta a los ansiosos e insostenibles dictados lobistas».
El Tajo, como si fuera un espejismo después de meses y meses «amargado»
Sea como fuere, el Tajo a su paso por Toledo viene como hacía muchísimo tiempo que no se veía. ¡Con caudal! Una buena vista para los ojos después de meses y meses en los que el agua apenas se vislumbraba y lo que llegaba era, sobre todo, auténtica mierda en forma de vertidos procedentes del Jarama madrileño que ha provocado las continuas protestas de colectivos y algunos partidos políticos porque la situación era (y es) de auténtica vergüenza.
Parece que las últimas lluvias han provocado que el Tajo venga con su cauce normalizado, aunque no olvidemos que los embalses de Entrepeñas y Buendía, los de su cabecera, todavía se encuentran en situación de emergencia debido al poco agua que almacenan debido a los continuos trasvases durante años que los han esquilmado.