No todo lo que es legal también es justo. Hay decisiones que son legales, porque están previstas en una ley o norma, pero constituyen auténticas injusticias. Los tres nuevos trasvases de agua previstos desde la cabecera del río Tajo al Segura son un claro ejemplo de una injusticia que es legal. Pero a la ministra Isabel García Tejerina parece que le importa poco que eso sea injusto y va a llevar la propuesta al Consejo de Ministros del 6 de mayo, para que Mariano Rajoy y su gabinete la aprueben.
A finales de febrero último la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente se burló de las mujeres, con motivo de la histórica huelga feminista convocada el Día Internacional de la Mujer, cuando dijo que ella conmemoraría esa fecha con una «huelga a la japonesa, trabajando más horas». Ahora se burla de toda la ciudadanía de Castilla-La Mancha al aceptar que se trasvase agua que se necesita en esta región.
Los embalses de Entrepeñas y Buendía, en la cabecera del Tajo, llevaban muchos meses en situación agónica, con poco más del 10 por 100 de su capacidad de agua. Con las lluvias de las últimas semanas han crecido hasta el 18,87 por 100 y ahora tienen 467 hectómetros cúbicos de agua. La media de todos los embalses de España es mucho más elevada, el 63,77 por 100.
El gran favor de Cospedal a Valencia y Murcia
A finales el año 2013, la hoy ministra de Defensa y entonces presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, negoció un acuerdo regulador del trasvase que benefició a la Comunidad Valenciana y Murcia -gobernadas por colegas suyos del PP-, a costa de llevarles allí parte del agua que necesitaban los castellano-manchegos. Los regantes de esa zona nunca podrán agradecerle lo suficiente el gran favor que les hizo.
Ese acuerdo establece que no se podrá trasvasar agua cuando los dos embalses de la cabecera del Tajo no sobrepasen los 400 hectómetros cúbicos. A eso se aferran el Gobierno, la ministra del trasvase y los dirigentes del PP para proclamar una y otra vez que solo se trasvasa agua en los términos previstos en el polémico acuerdo de 2013. Pero no dicen que una parte del agua embalsada es lodo, por lo que no debería ser contabilizado al medir el nivel total. Y olvidan que ese mismo acuerdo establece que siempre deben prevalecer las necesidades de la cuenca que cede el agua, Castilla-La Mancha, algo que no tiene en cuenta la ministra Tejerina.
Ahora, gracias a ese acuerdo, en cuanto los dos embalses han superado los 400 hectómetros cúbicos, la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo Segura se ha reunido, ha propuesto aprobar tres trasvases de 20 hectómetros cúbicos cada uno y Tejerina ha aceptado esa propuesta. Háganse una idea: en abril, mayo y junio se llevarán 60.000 millones de litros de agua, el equivalente a 60.000 estadios como el Santiago Bernabéu llenos hasta rebosar.
Alcaldes del PP contra el trasvase
Isabel García Tejerina ha trabajado muchos años en el ministerio que ahora dirige, primero como asesora de tres ministros del PP y, después, como secretaria general de Agricultura y Alimentación. Dicen que siempre desempeñó su trabajo con eficacia desde un punto de vista técnico, porque conoce bien su departamento y el sector de la agricultura. Es una pena que no actúe con esa misma eficacia con el trasvase, proponiendo que no se lleven más agua de Castilla-La Mancha en vez de aceptar sin rechistar una propuesta que ha indignado, una vez más, al Gobierno y a la ciudadanía de esta región.
Hasta el alcalde de Talavera de la Reina, Jaime Ramos (del PP), se ha mostrado en contra de estos tres nuevos trasvases y acudió a la concentración de protesta convocada el 3 de abril por la Plataforma en Defensa de los ríos Tajo y Alberche. Otros alcaldes y concejales de ese partido también lo rechazan.
La ministra del trasvase debería ver el secarral de los pueblos ribereños de los embalses de la cabecera, que cada cierto tiempo deben ser abastecidos con cisternas; la suciedad y contaminación del río Jarama cuando desemboca en el Tajo, en Aranjuez; la porquería que lleva el río a su paso por Toledo, cubierto por sospechosas manchas de espuma sucia; la escasez de agua que suele ser habitual en Talavera, donde muchas veces los piraguistas no pueden entrenar.
Los poderosos sindicatos de regantes del Levante
Si conociera sobre el terreno esas situaciones, que son lo más habitual, y no la que ahora tienen los dos embalses y el río tras las últimas lluvias, la ministra Tejerina quizá podría haber actuado como una política de verdad y se hubiera opuesto a estos trasvases. Pero, por lo que se ha visto, le resulta más cómodo limitarse a aceptar la propuesta de trasvasar más agua, con la excusa de que se han sobrepasado los 400 hectómetros cúbicos, y someterse a los poderosos sindicatos de regantes del levante español. Hay que recordar que el Gobierno de Emiliano García-Page, los municipios ribereños de la cabecera del Tajo y distintas asociaciones reclaman un mínimo de 900 hectómetros cúbicos embalsados para poder trasvasar, más del doble de lo que establece el acuerdo de Cospedal.
En 2019 se celebrarán elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha. No es nada probable que María Dolores de Cospedal se presente para intentar gobernar de nuevo en esta comunidad, pero a su partido, el PP -con ella o con otro nombre al frente de la candidatura-, no debería salirle gratis el daño que está haciendo con los travases. La ciudadanía no debería olvidarlo cuando vaya a votar.