Arropada por familiares, amigos y trabajadores de la residencia «Virgen Blanca» de Burguillos en la que reside, la toledana Dionisia Cuartero -conocida por todos como Dioni- cumplió el pasado 6 de diciembre un siglo de vida, 100 largos años de los que puede dar buena cuenta de numerosas vivencias y hechos que ya son historia, desde el hundimiento del Titanic (accidente ocurrido el mismo año en el que nació) pasando por la Guerra Civil hasta llegar al espíritu aventurero que le hizo viajar por toda Europa una vez alcanzada la jubilación.
La historia de Dioni es la de una mujer luchadora y trabajadora que tuvo que afrontar muchas adversidades. Su familia, propietaria de pensiones y restaurantes en la ciudad de Toledo, sufrió las consecuencias de la Guerra Civil española, entre ellas la expropiación de la Posada de la Hermandad, que tenían alquilada a una familia.
Junto a sus padres y 12 hermanos vivió durante muchos años en el edificio que hoy en día es la Delegación del Gobierno, donde regentaban un mesón al que acudía frecuentemente el cardenal Sancha y con el que pudieron estrechar lazos. Los bombardeos de la contienda dejaron en ruinas la casa y cambiaron su hogar a la calle Santa Fe. Allí Dioni ha permanecido durante mucho tiempo junto a dos hermanas -también solteras como ella- hasta que la edad les obligó a vivir en una residencia. Antes, Dioni fue conocida en Toledo por regentar una carnicería cercana al Teatro de Rojas.
Los que la conocen la definen como una mujer trabajadora, callada pero también muy racional. Nunca tuvo hijos y siempre estuvo muy rodeada por sus sobrinos. El pasado 6 de diciembre numerosas personas acudieron a la residencia «Virgen Blanca» para festejar su 100 cumpleños, un acto muy emotivo en el que no faltaron las flores y hasta un placa de homenaje.