Si nadie del atletismo toledano discute es la solera del CAT (Club de Atletismo Toledo), cuya consistencia y coherencia le han llevado a constituirse en el club decano de Castilla-La Mancha, no en vano lleva vivo, oficialmente, 34 años, los mismos que tiene el Cross Espada Toledana. Su apego por fomentar el atletismo de base es tal que en su gala anual de premios, que elige el recién estrenado otoño para celebrarse, reconocen la dedicatoria de todos los jóvenes atletas, «los más listos y los menos», en expresión del presidente, Julián Martín, quien asegura que los responsables de la entidad ejercen más de padres que de otra cosa.
Julián Martín, un veterano comerciante toledano que ama el atletismo, es el padre de otro loco de este deporte, el concejal Alfonso Martín.
Una pregunta brota obligadamente: «¿Le sirve de algo al club que su hijo sea el concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Toledo?»
«A veces me perjudica, lo digo sinceramente. El concejal de Deportes tiene la obligación de ayudar al deporte toledano, sea uno u otro. Y es que están todos mirando con lupa… Si yo molesto a alguno, que se venga y le dejo mi puesto… Que la gente piense como quiera, porque el pensamiento es libre», contesta.
Y otra pregunta delicada: «¿Tiene alguna queja del concejal?» «Siempre se puede hacer algo más, por descontado», dice, aunque lanza flores hacia la pista de atletismo de la Escuela de Gimnasia, sin importarle quién haya sido el responsable: «Si hubiera sido otro el autor, también lo diría», afirma, y asegura que atletas que vienen de otros sitios hablan maravillas de la misma.
Martín, el padre, destaca que, aun teniendo como base el deporte base (valga la redundancia), el club puede sacar pecho de éxitos en la categoría sénior, como lo demuestra el reciente premio en la gala anual al atleta ciego Ricardo de Pedraza o el merecidísimo entorchado al equipo júnior femenino de cross reciente subcampeón de España, que lleva toda una vida de unión exitosa, no en balde llevan cinco años sin bajarse nunca del podio.
El presidente del CAT, hombre animoso donde los haya, resalta también que el club no se ha olvidado en sus premios de sus viejas glorias: Martín Velasco, Martín Fuertes, Julio Conde, Pedro Guijarro… «Lleva toda la vida y se lo merecen», comenta.
La pregunta es obligada: «¿Siente alguna predilección por alguno de los 54 premiados?» «¿Tú tienes hijos?», pregunta al entrevistador, que contesta: «Sí». «Pues debes saber que es como si me pidieses que eligiese a los 54 premiados…», contesta. Con todo, aventura una mojarse: «Hombre, Lucas Búa ha sido el mejor, pero no me gusta distinguir».
Como le pasa a casi todo el mundo menos a los ricos, el club anda algo «jodido de dinero». Pero Martín espera que el patrocinio de CCM siga: «Hay un 80 por 100 de posibilidades de que continúe», avanza. ¿Presupuesto? «25.000 euros, para todo lo que el club tiene que funcionar, entre la Espada Toledana, la marcha… pero es tirar muy por lo bajo, porque ir a cualquier sitio ya cuesta 6.000 euros, y es que somos mucha gente», apunta.
Respecto a esto último, recuerda que el CAT es el club que más atletas aporta al Campeonato de España, ahí es nada. Y el dato: «300 entre las fichas federativas y escolares». El club toledano «maneja» a chavales atléticos de hasta 50 pueblos. «Dinero no, pero a los chicos les damos cariño, que es lo más importante, no?», comenta entre una sonrisa de oreja a oreja, la habitual de Julián Martín.
Martín sacha pecho sobre todo por la vocación formativa del club. Así, constata los casos de jóvenes atletas que están haciendo estudios superiores. O sea, que la fórmula deporte/futuro responde. De eso sí que se siente «orgulloso».