La pedanía albaceteña de El Salobral ha amanecido entre la indignación por el asesinato ayer de dos de sus vecinos y el temor porque el presunto autor de los disparos todavía no ha sido localizado y detenido, mientras la Guardia Civil ha desplegado un amplio dispositivo de búsqueda.
Las calles de esta pedanía, de unos 1.500 habitantes, están prácticamente desiertas y los pocos vecinos que hoy han salido a calle se congregan en un bar de la localidad.
Precisamente, los escasos habitantes que se han atrevido a pisar las calles se muestran reacios a hablar con la prensa, aunque todos han ofrecido el mismo mensaje: «No nos explicamos lo sucedido».
Así se ha pronunciado en declaraciones a Efe Antonio Delicado, quien ha relatado que el pueblo está tremendamente consternado porque todos los vecinos conocían a las víctimas y al presunto autor, que se dedicaba a arreglar coches.
La pedanía está controlada por las fuerzas de seguridad. Hasta cuatro dotaciones de la Guardia Civil vigilan los accesos de entrada y salida a la pequeña población e insisten en sus recomendaciones a la población de que transiten lo estrictamente necesario por las calles mientras que el presunto autor de los disparos no esté detenido.
En la calle Asensio, donde ocurrió el luctuoso suceso, permanecen varios agentes de la Guardia Civil que se afanan en investigar y reconstruir lo que pudo suceder.
Otra prueba más de que la localidad esta fuertemente vigilada es que desde poco después de ocurrir los hechos, a las 19.20 horas de ayer, y hasta bien entrada esta mañana, las fuerzas de seguridad impedían el acceso a la localidad, incluidos a los periodistas que se han desplazado hasta la zona.
La incesante lluvia que se sucede desde anoche da un aspecto todavía mucho más triste a esta pequeña población, y aunque los vecinos apenas se dejan ver por las calles si se asoman a ventanas y balcones para intentar seguir el desarrollo de la operación policial.
Al frente del operativo policial está el propio teniente coronel de la Guardia Civil de Albacete, Pedro Blanco, siempre en compañía del alcalde de la pedanía, Ángel Sánchez.
El estricto control policial, que había cedido algo a media mañana, para poder recorrer diversas calles, se ha intensificado cuando el helicóptero de la Guardia Civil que participa en las labores de búsqueda del presunto asesino ha comenzado a sobrevolar, a las 12.30 horas, el maizal que está justo al lado de la casa de una de la víctimas.
En un momento, la zona se ha llenado de efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil y de varios agentes uniformados, que han establecido un cordón policial y han advertido a los medios de comunicación de que no se puede sobrepasar el cerco, ante la posibilidad de que pudiera estar refugiado el presunto asesino, quien puede ser peligroso al estar supuestamente armado.
Mientras, en la casa de una de las víctimas, se congregan familiares y amigos, que siguen el desarrollo de los hechos entre la consternación y expectantes, al tiempo que esperanzados, porque finalmente las fuerzas policiales den con el paradero y apresen al presunto autor de los disparos, y que acabe con esta pesadilla.