No parecía que el comienzo del encuentro atisbara un buen resultado para los toledanos del Casdisa pero, efectivamente, solo fue un mal inicio. Porque rápidamente se recuperaron y del 5-2 inicial se pasó a un 7-11 que provocó un cambio de táctica en el banquillo local. Pero ni así, porque los continuos contragolpes de los jugadores de Casdisa hizo que la renta aumentara y ya en el minuto 25 la renta era de nada menos que ocho goles después de todo un recital de defensa primero y de ataque después. De hecho, un parcial de 4-15 hizo que se llegara al término de la primera mitad con un claro 11-17. Y eso que dos goles postreros de los gijoneses evitó que el partido se hubiera finiquitado al descanso.
Tras el descanso parecía que los locales querían jugar de verdad al balonmano y con un tremendo parcial de 7-2 hicieron que el encuentro se igualase. De hecho llegaron a ponerse por delante en el marcador, 22-21, tras desplegar un juego que no habían hecho hasta el momento y desarbolar por momentos a los toledanos. Fue a partir de ese momento cuando se decidió el encuentro. Dos exclusiones de los gijoneses, una buena defensa toledana y el acierto en momentos claves hicieron que el marcador se volteara de nuevo, pasando a 23-26 a falta de 10 minutos.
Pero ya no era lo mismo. Había más nervios en la cancha y quien supiera mantener mejor la serenidad se llevaría el partido. Porque Jovellanos lo intentó todo pero…
Se quedó a las puertas de conseguir el empate. Demasiada renta, 24-28, para empatar, pero aun así estuvo a punto de llegar.
Al final, el consabido 27-28, un respiro para los jugadores del Casdisa, quienes se mueven en la incertidumbre económica pero no dejan de dejarse la piel sobre el parqué.