El fiscal superior de Castilla-La Mancha, José Martínez, subraya en la Memoria de la Fiscalía del año 2011 el deplorable estado de algunas de las sedes de las fiscalías provinciales de la región, además de pedir 9 nuevos fiscales para la comunidad.
En la Memoria, consultada por Efe, el fiscal reconoce que las ciudades de Toledo, Ciudad Real y Cuenca cuentan con unas «magníficas y completas instalaciones», pero añade que no puede sino «deplorar el pésimo estado de los edificios que albergan las demás sedes».
Plantea que hay edificios «antiguos y poco funcionales», como los de Talavera de la Reina y, sobre todo, Ocaña y Manzanares, afectados además por problemas de espacio.
Otros están «saturados y al borde del colapso», como ocurre en Albacete, donde, tras desdoblar la fiscalía de la comunidad autónoma y la provincial de Albacete, hay problemas de espacio, con lo que existe una «imperiosa necesidad de adquirir una nueva sede».
En el caso de Guadalajara, los fiscales valoran la sede situada en la calle del Doctor Fernández Iparaguirre, pero creen que las dependencias de la Plaza de Beladíez, sede de los juzgados, tienen un estado «deplorable».
El fiscal superior recoge en la Memoria el escrito que remitió al fiscal general del Estado en el que plantea que Castilla-La Mancha necesita nueve nuevos fiscales: tres para Toledo, dos para Ciudad Real y Albacete y uno para Guadalajara y Cuenca.
De ese modo, la plantilla total de fiscales de la comunidad llegaría a 91 efectivos.
El fiscal superior también analiza en la Memoria la puesta en marcha de la nueva oficina judicial en Ciudad Real y lamenta que, tras el primer año de funcionamiento, «los procedimientos judiciales no están mejor tramitados y con más rapidez que antes».
El problema que detecta es que, aunque el nuevo modelo se basa en el expediente digital, la tecnología que lo debe acompañar no se ha desarrollado, con lo que se manejan al mismo tiempo los expedientes digitales y en papel, de modo que el trabajo se ha duplicado.