El secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reivindicado hoy la singularidad de Cataluña recogida en la Constitución de 1978, ha admitido que haya catalanes que «de buena fe» puedan sentirse agraviados y ha defendido «el derecho a decidir de todos».
García-Page se ha expresado en estos términos antes de asistir a la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, que preside el líder del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, para analizar los resultados de las elecciones del 21 de octubre en Galicia y el País Vasco y la línea opositora.
Preguntado por el derecho a decidir que el PSC ha recogido en su programa electoral para los comicios del 25N, el también alcalde de Toledo ha señalado que él cree en «el derecho a decidir de todos, de forma compartida», que «ha ido funcionando muy bien» desde la aprobación de la Carta Magna.
En aquel momento, ha recordado, los españoles decidieron «estar juntos de forma renovada y después de tantos años de historia».
«Y sinceramente creo que tienen derecho a un trato singular», ha enfatizado respecto a Cataluña, antes de apuntar que así lo reconoce la Constitución. «Nos hemos olvidado fácilmente del concepto de nacionalidad, que distinguía al resto de las comunidades autónomas y quizás hay que recuperar esa singularidad, también la de Cataluña», ha añadido.
En esta línea, se ha mostrado partidario de un mayor esfuerzo entre todos para unirse más y establecer lazos de unión, consciente de que «seguramente hay gente que de buena fe se siente agraviada».
«Hay que trabajar mucho con la inteligencia, con el corazón y con la cabeza», ha dicho.
El dirigente castellanomanchego ha esgrimido las elecciones catalanas para apuntar que el PSOE tiene que dedicarse ahora a apoyar al PSC, porque «éste es un momento en el que ni España ni Cataluña se pueden permitir el lujo de dudar de sí mismas».
Sobre la situación interna del PSOE y el liderazgo de Rubalcaba, ha recurrido al refranero: «Vísteme despacio que tengo prisa», antes de sentenciar: «No vamos a esperar hasta el final, pero tampoco hay que precipitarse».
No ha querido abundar más en ese asunto y se ha limitado a considerar que los socialistas tienen que tener claro que deben perfilar una agenda de cambio interno y de cambio para cambiar el país, «porque la situación no aguanta más».
A su juicio, es importante que hablen unos con otros «para decidir qué agenda es la más interesante».