La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido a 121 personas en el marco de la operación «Canito-Alfa-Brexit» en la que se desarticuló una organización criminal de la mafia china dedicada al cultivo y producción de drogas de diseño para luego venderlas en el extranjero. Además, hay otras siete personas que están siendo investigadas y, tanto ellas como los detenidos, son en su mayoría de origen chino. La banda criminal tenía conexiones en Reino Unido, Bélgica, Italia y Holanda.
Esta operación se inició en Ciudad Real capital y en total se realizaron 88 registros, varios de ellos en cinco municipios de Castilla-La Mancha,Talavera de la Reina, El Viso de San Juan, Numancia de la Sagra y Sonseca en la provincia de Toledo, además de en la propia capital ciudadrealeña. El resto se produjeron en las provincias de Toledo, Madrid, Ávila, Almería, Cáceres y Badajoz.
La organización también se dedicaba a otro tipo de actividades delictivas y se investigan delitos relacionados con la prostitución, la falsificación de productos, extorsiones y robos con violencia.
[ze_summary text=»Se han intervenido 40.000 plantas de marihuana»]Se han intervenido 40.000 plantas de marihuana[/ze_summary]En total se han intervenido 40.000 plantas de marihuana, 1.900 kilogramos en cogollos de marihuana dispuestos para su venta, dos kilogramos de cristal (MDMA) ocultos en varios botes de leche infantil procedentes de Holanda, dos kilogramos de hachís, 500 gramos de cocaína, 120 dosis de ketamina, 200 pastillas de éxtasis, 50 dosis de polvo de ángel, 40 dosis de una droga nueva denominada «té», una fábrica dedicada a la elaboración y falsificación de baterías de litio y pendrive USB, un taller clandestino de falsificación de pantallas y otros componentes de telefonía móvil, prensas hidráulicas para adulterado de cocaína, 150 kilogramos de sustancia de corte, un cetme, fusiles, armas de avancarga, dos armas de fuego cortas, 16 vehículos de alta gama, una motocicleta y 275.000 euros en metálico.
La operación ha sido llevada a cabo en 9 fases. Se inició el día 12 de septiembre del año 2016 y su culminación se produjo el 22 de mayo del presente año.
Así se articulaba la organización criminal
La organización criminal de esta mafia china estaba perfectamente estructurada y descentralizada. Contaba con una división clara y con sus roles, tareas y funciones que debían cumplir cada uno de los muchos integrantes de la banda muy bien definidos.
Había cinco escalas en el organigrama interno de la banda. Los «jefes» eran ciudadanos de origen chino residentes en su mayoría en países extranjeros de ámbito europeo, que viajaban puntualmente a nuestro país para adquirir droga.
Los «intermediarios» conseguían los proveedores de sustancias estupefacientes a los denominados «jefes». Los «empresarios» eran ciudadanos de origen chino asentados en nuestro país, administradores de sociedades mercantiles con domicilio social en el Polígono Industrial Cobo Calleja, los cuales disponían de grandes cantidades de dinero, proveniente de la evasión fiscal, para financiar el tráfico de drogas a los llamados «jefes».
Los «transportistas» realizaban todas las funciones de logística para posteriormente llevar a cabo el envío de la sustancia estupefaciente por medio de empresas de paquetería postal. Por último estaban los «productores», estos eran los encargados de cultivar marihuana en distintos puntos de la geografía española como Ciudad Real, Toledo, Madrid, Ávila, Almería, Cáceres y Badajoz.
500 kilos de marihuana a la semana
En la investigación, los agentes corroboraron que la mafia china contaba con una gran demanda de marihuana. Podrían haber llegado a exportar una media de 500 kilos de marihuana a la semana, algo que, llevado al mercado negro, podría general unos 140 millones de euros semanalmente.
Durante los veinte meses que ha durado la investigación, los agentes descubrieron que el tráfico de marihuana a gran escala no era su principal medio de lucro ilegal, sino que la organización estaba dividida en seis células, cada una de ellas compuesta por un jefe y con diferentes tipologías delictivas y zonas de actuación.
Una de ellas se dedicaba a la distribución de drogas sintéticas introducidas desde Holanda, dicha distribución se realizaba en cinco chalets clandestinos y karaokes de varios lugares de la comunidad de Madrid (Usera, Parla, Leganés y Getafe), donde la organización explotaba a diez mujeres de nacionalidad china. Otra de las células se dedicaba a la inmigración ilegal, su objetivo era regularizar fraudulentamente a las mujeres de origen asiático que posteriormente explotaban sexualmente en los chalets. Además, existía otro grupo de personas que extorsionaban a comerciantes chinos que habían solicitado préstamos de dinero a la organización, posteriormente la célula les exigía una cantidad económica superior a la que habían pactado, mediante agresiones físicas o cometiendo algún robo con violencia. También existía otra célula encargada de la falsificación de productos que se distribuían en bazares y tiendas.