¿Te imaginas que no pudieras distinguir el vino, el agua o la lejía hasta que bebieras? ¿Y si fuera imposible diferenciar el detergente de, por ejemplo, los cereales? Pues eso es lo que les sucede a las personas ciegas con los envases que no llevan etiquetas en braille. Lo que les puede causar graves problemas. De ahí este maravilloso video que ha grabado la ONCE (Organización Nacional de Ciegos de España) con el fin de concienciar a los fabricantes. Véanlo. Porque así ya no estarás ciego.
Un video que está protagonizado por Andrés Ramos, director de Servicios Sociales de la ONCE; y por Sergio Fernández, uno de los cocineros españoles de mayor fama. Y que a lo largo de cuatro minutos nos explican claramente los problemas con los que se encuentran quienes no pueden ver y, por ende, distinguir bebidas, alimentos y cualquier otro producto a no ser que incorporen en sus envases el braille.
Para un ciego el punto es muy importante
«Para las personas ciegas el punto es muy importante», le dice Andrés a Sergio, «nos permite ser autónomos, y lo vas a probar en tu propia piel».
Se disponen a hacer tortitas y cereales, por lo que el cocinero abre el frigorífico, se sorprende con lo que ve y exclama: «¡Esto parece un quirófano!».
Porque dentro todos los envases y botellas son blancas, «justo para que te pongas en mi piel -recalca Andrés-, cuando un ciego abre el frigorífico, toca y los tetrabrik son iguales, pero pueden tener, vino, agua, leche…».
Lo único que hay en la cocina marcado en braille es una caja de cereales, pero no es lo habitual. «Para distinguirlo pedimos ayuda o debemos ser muy ordenados, porque las latas de bebida son todas iguales». Y a Sergio le ha ocurrido que, para hacer unos cereales ha echado vino en vez de leche, la ha liado parda porque pensaba que lo que contenía el envase que ha cogido era leche…
Y es que los envases «son todos iguales por fuera y no hay puntos, el punto es lo que nos hace leer, acceder a la cultura y poder trabajar», reclama Andrés.
«No solo me he confundido, sino que he hecho un desparrame…», dice con gracia Sergio. «Solo hemos acertado los cereales, el resto… Un poquito espeso estoy».
«Los medicamentos, por ley, todos los países tienen que etiquetarlos con braille», recuerda Andrés, «pues con los alimentos, las bebidas y el resto de productos debería ser igual».
Y es tan sencillo como utilizar los puntos del método braille… Para que todos podamos ver lo mismo.