Con el trasvase sin cesar su ritmo de enviar 24.000 litros por segundo al Segura, Entrepeñas y Buendía han sufrido el mayor descenso en sus reservas de los últimos cuatro años. En siete días se ha registrado un descenso de 18,83 hectómetros cúbicos, según los datos de SAIH Tajo y los cálculos de encastillalamancha.es.
Desde septiembre de 2014 no se veía un descenso similar en la cabecera del Tajo, si bien es cierto que el periodo de completa agonía que pasaron los embalses desde la primavera de 2017 hasta la primavera de 2018 hacía que fuese imposible una bajada de estas características, ya que no había apenas agua en los embalses alcarreños.
Aún así, las proporciones del descenso han sido considerables. Cada uno de los pantanos ha perdido más de nueve hectómetros en tan solo una semana. Entrepeñas ha descendido exactamente en 9,05 hectómetros, dejando tras su presa 339,67 hectómetros cúbicos, el 42,33 por 100 de su capacidad total de 802 hectómetros.
Por su parte, el embalse de Buendía ha perdido 9,78 hectómetros cúbicos, lo que sitúa a sus reservas en los 333,88 hectómetros, el 20,39 por 100 de su capacidad total, cuando hace tan solo siete días contaba con 343,66 hectómetros.
De forma conjunta, los embalses estás en los 673,55 hectómetros cúbicos y están cerca de pasar a situación de Nivel 3 en agosto, que está fijada para este mes en los 661 hectómetros cúbicos, según el Memorándum del Tajo, lo que impediría que se trasvasasen 38 hectómetros de forma automática, solo podrían ser 20 hectómetros y si así lo determina el Ministerio. Aunque a falta de solo dos días es difícil que esta situación llegue a darse.
Con 673,55 hectómetros, Entrepeñas y Buendía están al 27,25 por 100 de su capacidad total de 2.472 hectómetros cúbicos.
Y mientras por la tubería del trasvase se siguen yendo esos 24 metros cúbicos por segundo, en un pueblo ribereño de Entrepeñas, Chillarón del Rey, sus vecinos tiene que ser abastecidos de agua potable por cisternas…
Sin perder tanta agua en una semana desde septiembre de 2014
Entrepeñas y Buendía llevan casi un lustro muy negro. El 2014 es el último año que se recuerda con unas reservas más o menos decentes en la cabecera del Tajo. De hecho, en la primavera de aquel año se alcanzaron los 900 hectómetros, lo que activaba automáticamente el umbral mínimo no trasvasable de los 400 hectómetros, pese a que luego se estuvo otros tres años diciendo que todavía no se había alcanzado (se iban sumando 32 hectómetros cada años hasta finalizar el 2017), pese a que la Confederación Hidrográfica del Tajo y el propio Ministerio alardearon de ello en marzo de 2014.
Desde aquel año, un 2015 y un 2017 para olvidar, conjugado con un 2016 que tampoco ayudó mucho. 2018 marchaba mejor, hasta que varios trasvases de 38 hectómetros están dinamitando de nuevo las aspiraciones por recuperar su vida que tienen los pantanos, y sobre todo los pueblos de la zona.
Como la bajada registrada esta semana ha sido de unas dimensiones considerables, encastillalamancha.es ha consultado los datos históricos de los descensos semanales en los dos embalses más importantes de la cabecera del Tajo y este ha sido el resultado: no se ha perdido tanta agua en una semana desde septiembre de 2014.
Exactamente fue entre los lunes 1 y 9 de septiembre de 2014. Aquel verano se perdió muchísima agua en la cabecera, ya en primavera se llegó a los 900 hectómetros, pero el año hidrológico (30 de septiembre) cerró con apenas 535 hectómetros.
Entre esos meses de diferencia hubo algo ya por todos conocido: un montón de trasvases aprobados que, al igual que este año, hicieron que las reservas bajasen a una velocidad inusitada.
En aquel verano de 2014 hubo varios descensos semanales de más de 10 hectómetros, pero el más fuerte fue el de aquella semana del 1 al 9 de septiembre. Entonces se pasó de los 599,6 hectómetros del día 1 a los 579,01 hectómetros que había siete días después, es decir, las reservas bajaron en 20,59 hectómetros cúbicos.