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viernes, 22 de noviembre de 2024
Patologías frecuentes en ancianos - 31 julio 2018

Un estudio de la geriatra del Hospital General Universitario de Ciudad Real, Nuria Fernández, ha revelado la relación entre la desnutrición y las fracturas de cadera, de manera que la carencia de nutrientes puede afectar negativamente a la evolución y recuperación de los pacientes operados de cadera e incrementa el riesgo de fallecimiento en los meses posteriores.

Las fracturas de cadera o de fémur son muy frecuentes entre las pesonas mayores. Muchas de ellas tardan en recuperarse y ven afectada su calidad de vida, especialmente cuando existen signos de carencias nutricionales, algo común en ancianos. Por ello Fernández quiso comprobar en que medida la desnutrición dificultaba la curación de estas lesiones.


Método de investigación para diagnosticar la desnutrición

El estudio de Nuria Fernández cuantificó los mayores que habían ingresado a lo largo del año con una cadera rota y un cuadro de desnutrición en el Hospital Universitario de Ciudad Real y registró como respondían en los meses siguientes a un tratamiento hiperproteico para superar sus carencias nutricionales.

La geriatra se encontró con una dificultad para diagnosticar la desnutrición en ancianos ya que muchos de los parámetros que la revelan son difíciles de obtener en personas con cadera fracturada y mayores, entre ellos el peso y la altura o un cuestionario sobre hábitos alimentarios, que puede no ser válido por el deterioro cognitivo de los pacientes.

Ante esto la docotra recurrió a un método desarrollado por un endocrino español que determina el grado de desnutrición a partir de la medición de tres parámetros obtenidos mediante un análisis de sangre: la albúmina, el colesterol y los linfocitos totales.

Resultados del estudio de la ciudadrealeña

En doce meses llegaron al centro sanitario ciudadrealeño 265 personas mayores con fractura de cadera de los que 26 se descartaron para el estudio por no cumplir los requisitos del mismo. De los 239 evaluados, el 60 por 100 padecían desnutrición según el método aplicado por Fernández. A raíz de este diagnóstico la docotra estableció un programa de seguimiento de todos ellos a los tres, seis y doce meses de su ingreso hospitalario y les ofreció la posibilidad de someterse a un tratamiento hiperproteico para solucionar su desnutrición.

El 55 por 100 de los pacientes aceptaron recibir este aporte alimenticio extra y en la primera consulta de control al cabo de tres meses en la mayoría de ellos ya no había rastro de desnutrición, mejoría que se mantuvo en los meses posteriores aunque el tratamiento ya había finalizado.

En los doce meses posteriores a su rotura de cadera fallecieron 59 pacientes y sólo tres pertenecían al grupo de los que lo recibieron, los demás que siguieron bien el tratamiento sobreviven.

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