Las obras de remodelación de la Puerta del Cambrón de Toledo están llegando a su recta final con la colocación del pavimento. Las máquinas y operarios trabajan sobre el asfalto para que todo esté listo de cara al 3 de septiembre, fecha en la que volverá a abrir al tráfico esta emblemática salida del Casco Histórico, un acceso que -eso sí- estará restringido a partir de ahora para determinados vehículos: los de transporte de mercancías y los autobuses de grandes dimensiones, incluidos los urbanos, que serán sustituidos por microbuses. La medida no afectará en ningún caso a los de emergencias.
Se pretende, de esta forma, evitar el mayor daño que sufría la puerta: las vibraciones de los vehículos de mayor tamaño, una decisión que ha sido muy meditada en el Ayuntamiento de Toledo y cuyo objetivo no es otro que proteger el patrimonio de la ciudad.
Recordar que, respecto a los autobuses urbanos -a partir de ahora microbuses- de la línea 2 (con principio y final en la Plaza del Conde), estos recuperarán su itinerario habitual. Igual ocurrirá con los de la línea 12, donde se utilizarán microbuses de transporte discrecional hasta que en los próximos meses lleguen los nuevos de transporte urbano. Por ello, durante este período, el servicio de la línea 12 será gratuito.
Para facilitar la salida de los vehículos industriales se seguirá habilitando en sentido descendente la Bajada de Descalzos, la calle que pasa junto a las Cortes de Castilla-La Mancha, que es la medida que se venía utilizando desde que se comenzaron a desarrollar las obras en el Cambrón, con la salvedad de que durante el periodo de obras no se podía acceder desde la Cornisa, ya que estaba cortado el paso en la rotonda de la Cortes de CLM. Será para entrada o salida del Casco y la podrán utilizar los residentes del barrio de San Cipriano, así como todos los vehículos industriales.
Según el informe del arquitecto que dirige las obras de consolidación y restauración de este Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, su principal amenaza son las llamadas «costras negras», asociadas a procesos de deterioro del material base, pérdidas de cohesión y con la formación de sales, especialmente yeso, siendo «la contaminación ambiental el factor más incidente», según indica el informe.