En el PP solo se celebra un Congreso Extraordinario cuando el presidente o la presidenta del partido dimite. Así que el anuncio el domingo 2 de septiembre de que la Junta Directiva del PP de Castilla-La Mancha se reúne el día 7 para convocar un Congreso Extraordinario en el plazo de 30 días es la constatación de que María Dolores de Cospedal se va.
La expresidenta de la Junta y exministra de Defensa está a punto de anunciar que deja la presidencia de la organización en la región, un cargo al que llegó en junio de 2006.
Cuando Rajoy llamó a Cospedal para Castilla-La Mancha
Una desconocida para el gran público castellano-manchego, que en esos momentos era consejera de Transportes en Madrid y a la que Mariano Rajoy sorprendió con una llamada telefónica. Ella, que acababa de ser madre unos días antes, estaba en el Registro para oficializar el nacimiento de su hijo. Y Rajoy quería poner su vida patas arriba mandándola a Castilla-La Mancha, el territorio de hegemonía socialista por antonomasia, el único con siete mayorías absolutas para el PSOE.
Cospedal cumplió el encargo solo 5 años después, ayudada por la desastrosa gestión del sucesor por dedazo de José Bono (sospecho que se arrepintió hace tiempo), que recayó en José María Barreda. Entonces, mayo de 2011, Cospedal llevaba tres años como mano derecha de Rajoy en el partido como su secretaria general y ya mantenía una guerra abierta con Soraya Sáenz de Santamaría, a la que solo faltaban unos meses para ser vicepresidenta del Gobierno. Todo iría a peor entre ellas.
Cospedal siguió siendo la marca y Vicente se encargaba de todo y de todos
Cospedal ganó las elecciones de 2015, pero perdió la Junta, porque no tenía aliado para pactar. Desde ese mismo instante ella había pasado página, pero las circunstancias aconsejaban a todos que siguiera siendo la presidenta del partido. Ella ponía la marca y Vicente se encargaba de todo y de todos.
Y así ha sido. Pero la fórmula Cospedal-Tirado se ha agotado, porque ella se va. De una manera que no era la prevista, desde luego. Pero lo de dejar el PP de CLM más o menos por estas fechas sí que estaba en el calendario. Dicho de otra manera, estaba claro el cuándo Cospedal dejaría el PP de Castilla-La Mancha, pero les ha fallado el cómo.
Porque lo que estaba en la cabeza de María Dolores y Vicente era una sucesión tranquila, en la que Vicente se quedaba de presidente y candidato y tras las autonómicas de 2019, ya se vería. Todo iba a depender del resultado y de las posibilidades que el tablero político diese.
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Pero Pedro Sánchez echó a Rajoy del Gobierno y él se fue del PP. La irrupción de Pablo Casado hizo el resto desbaratando los planes de Cospedal. Para ella y para el PP castellano-manchego.
Ahora, Tirado sigue siendo su hombre y todo el mundo cree que se presentará para liderar el partido. Pero también que muy probablemente tendrá rivales si finalmente se decide.
La lista que internamente manejan en el partido incluye los nombres de Antonio Román, alcalde de Guadalajara e imbatible en las urnas hasta ahora; Rosa Romero, diputada por Ciudad Real y vicepresidenta del Congreso; Paco Núñez, alcalde de Almansa, viceportavoz del Grupo Popular en las Cortes y presidente del PP en Albacete; y Carlos Velázquez, alcalde de Seseña, portavoz de Sanidad y coordinador del PP de Toledo.
Nadie abre la broca… ¿Quién moverá ficha?
Los dos últimos son lugartenientes de Vicente Tirado en el PP de Toledo y Albacete y piezas básicas del Grupo Parlamentario con el que el PP hace oposición a Emiliano García-Page. Pero es que en el PP ya nada es lo que era. Ni siquiera es lo que parece.
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