Era apreciado allí por dónde pasó. Y eso que no era fácil, puesto que en los últimos años ocupó diversos cargos en las Jefaturas de Policía de España. Entre ellas, la de Castilla-La Mancha, donde estuvo hasta hace apenas un año, cuando en septiembre de 2010 le nombraron jefe superior de Policía de la Comunidad de Madrid. Nada más y nada menos. Hablamos de Francisco Javier Redondo, quien falleció en la madrugada de hoy de forma inesperada cuando después de ser tratado de un cáncer de garganta iba a ser dado de alta después de una buena recuperación.
A continuación publicamos, íntegramente, la última entrevista que le hizo la revista ECOS, en febrero de 2010, justo después de la cumbre internacional de ministros de Justicia e Interior que se desarrolló en Toledo y que fue un rotundo éxito debido, sobre todo, a la magnífica organización policial que dispuso el propio Redondo.
«NO, REALMENTE NO PUDE DORMIR BIEN DURANTE LA CUMBRE, FUERON DÍAS ESTRESANTES»
57 años. Ha pasado por Barcelona, Getafe, Madrid… En la capital de España fue dos años jefe de la Brigada de Extranjería, otros siete fue jefe de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana y dos años jefe de Proximidad y comisario provincial. Hasta que llegó hace un año y medio a la ciudad de Toledo y «revolucionó» algunas de las «costumbres». Como sacar más coches patrulla a la calle y exigir que los policías fueran de uniforme. Su bagaje profesional lo dice todo. Llegó la cumbre de la UE a Toledo y ante la amenaza terrorista apenas durmió. Pero todo salió bien, lo pasó con la nota más alta. Y se le nota cuando hablamos con él…
Han conseguido unas cifras del 82,5 por 100 en productividad policial en la ciudad de Toledo durante 2009, casi el doble que en 2008. ¿Me lo explica?
Pues ha sido consecuencia de la reducción de los índices delincuenciales y del aumento de las tasas de productividad. En definitiva, se ha debido al cumplimiento de los objetivos tanto genéricos como específicos que marcó la Dirección General de la Policía.
Pero para que los resultados sean el doble de buenos, una de dos: o 2009 fue un año espectacular o algo fallaba antes…
No voy a juzgar lo que se hacía antes y sí lo de ahora. Se ha aumentado la operatividad, igual que la prevención, con el aumento de las patrullas uniformadas en la calle, y se han incrementado la investigación y las tasas de eficacia.
¿Cuántos coches hay de la Policía Nacional por las noches patrullando por la ciudad de Toledo?
Depende, no hay un número fijo. El núcleo básico son cuatro coches patrulla por cada turno, a los que hay que añadir los que se incrementan en función de los operativos que se establecen para combatir delitos concretos en horarios concretos.
En Talavera, sin embargo, la productividad bajó un 5 por 100, del 65 al 60 por 100…
Talavera está funcionando muy bien y está consiguiendo buenos resultados. Ha tenido una modalidad delictiva, el robo en interior de vehículos, que les subió un poquito, y es lo que ha hecho que bajara la productividad. Pero Talavera está funcionando francamente bien.
¿Se cometen más delitos debido a la crisis?
Hasta el momento, no, porque seguimos reduciendo la delincuencia en la región.
¿La cumbre de la UE que se celebró en Toledo, donde vinieron todos los ministros de Interior y Justicia europeos, además de la secretaria de Estado de Seguridad norteamericana, fue, policialmente, lo más grande que se ha vivido en la ciudad?
No sé años atrás… En el tiempo que yo llevo ha sido el dispositivo de protección más importante que ha habido. El dispositivo tenía que ser muy fuerte y muy disuasorio de cara a cualquier intento que se hubieran podido plantear cualquier organización terrorista autóctona o extranjera.
Esas noches, ¿durmió bien, pudo conciliar el sueño?
No, realmente no. Desde una semana antes de que empiece la cumbre y hasta que se acaba y se han ido las personalidades son unos días absolutamente estresantes. Se duerme mal…
¿Hubo peligro de que hubiera algún atentado?
No. Peligro, que nosotros tengamos conocimiento, no. El peligro nunca se puede descartar cuando se habla de terrorismo, pero precisamente por eso se monta el dispositivo, desde el subsuelo hasta el aire, cubriendo todas las posibilidades y los puntos que pudieran ser talones de aquiles para ser utilizados por una organización terrorista. Se montó un dispositivo muy fuerte y absolutamente disuasorio, y los resultados fueron óptimos.
¿Entendieron los toledanos ese dispositivo disuasorio?
Perfectamente. Asumieron las molestias por los controles que se montaron. Creo que lo entendieron bien, al menos así me lo han transmitido a mí.
Se llegaron a cerrar calles del Casco incluso prohibiendo la entrada a los peatones. ¿Es normal?
Sí, sí… En este tipo de dispositivos, sí. Hay que blindar la zona para evitar que pueda ser perforada por algún terrorista.
Desde que usted llegó los policías van de uniforme, cosa que antes no siempre sucedía…
No sé… Somos un cuerpo uniformado y la excepcionalidad es ir de paisano, excepcionalidad que se reserva para los investigadores.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido durante el año y medio que lleva en Toledo?
La buena acogida que ha tenido el programa de contactos ciudadanos con las asociaciones de vecinos para darnos a conocer, porque en la corta distancia todos ganamos bastante.
Dijo también en su momento que los sindicatos y el jefe superior estaban condenados a entenderse. ¿Ha ocurrido así?
Sí, sí… Hay problemas puntuales en los que no estamos de acuerdo, porque todo no lo podemos compartir, pero las relaciones son muy fluidas porque se basan en una lealtad mutua y en el cumplimiento de los compromisos que adoptamos.
LAS TRES COPAS DE EUROPA DEL REAL MADRID, LA BODA DE LOS PRÍNCIPES…
¿Cuáles son las diferencias profesionales entre Toledo y Madrid, usted que viene de la capital de España?
¡Muchas! No se puede comparar. Madrid tiene barrios marginales y la resonancia que tiene todo lo que ocurre allí. E incluso la presión mediática es diferente.
¿Satisfecho entonces de su periplo toledano?
Si por satisfecho entendemos que hemos conseguido los objetivos, entonces no. Porque hay que seguir luchando cada día. Mientras se cometa un delito la Policía no puede estar satisfecha nunca. Ahora, si nos referimos a lo que se va consiguiendo, sí, la verdad es que estoy contento.
¿Cuándo lo ha pasado peor a lo largo de su trayectoria?
Mi trabajo me gusta y me divierte, pero seguramente en Seguridad Ciudadana en Madrid. Las circunstancias de esa brigada son diferentes. Es la que manda y coordina a todo el personal uniformado de la Jefatura de Madrid. Es la que tiene que dar respuesta a todo, desde los atentados terroristas para que los Tedax puedan trabajar a gusto, atendiendo los partidos de fútbol de alto riesgo, los conciertos de música, las manifestaciones, la conflictividad sociolaboral, la lucha contra la propia delincuencia, el apoyo a las Comisarías y a otras brigadas… ¡Es que es todo! Las visitas de los jefes de Estado, los movimientos de la Casa Real… La toma de decisiones es continua.
Después de tantos años de trabajo y tantas experiencias vividas, ¿secretos inconfesables tendrá muchos?
¡Hombre, hay secretos que no es que sean inconfesables, sino que están protegidos por la Ley de Secretos del Estado y, lógicamente, a ello me tengo que atener.
O sea, que si escribiera un libro sobre su vida profesional, seguro que nos sorprenderíamos…
¡No lo escribiría! Ja, ja, ja…
Lo que, profesionalmente, más le ha gustado cubrir como policía… Por ejemplo, llevó el dispositivo de la boda de los Príncipes.
Sí, con eso me despedí como jefe la Brigada de Seguridad Ciudadana. Me tocó dirigir el dispositivo. Sí, ha habido muchos dispositivos como ése que han sido gratificantes… ¡Cuando salen bien! Porque son absolutamente estresantes, pero si salen bien…
¿Qué más dispositivos montó en Madrid?
La última visita del Papa Juan Pablo II, una cumbre que hubo de la ONU en la que vino Kofi Annan, los dispositivos de las tres Copas de Europa en Cibeles que ganó el Real Madrid, el plan de distribución del euro y de la recogida de pesetas… Dispositivos muy serios.
Entonces, ¿pasó muchas noches sin dormir?
Ja, ja, ja… Digamos que dormía mucho peor que en Toledo.
¿Dónde hay más chorizos: en Toledo o en Talavera?
No podría decirlo porque hay que tener en cuenta que Castilla-La Mancha, y en este caso Toledo y Talavera, tiene unas excelentes vías de comunicación. Hay un intercambio de delincuentes entre ciudades y una gran movilidad, porque en pocas horas pueden estar en distintas provincias cometiendo diferentes delitos.
«NO ES POSIBLE UNA COMISARÍA EN EL POLÍGONO»
¿Una oficina de denuncias en Toledo es suficiente?
Sí. Y más ahora, que estamos descendiendo la delincuencia y hay menos denuncias.
En una anterior entrevista a ECOS dijo que le gustaría que hubiera una Comisaría en el barrio del Polígono, pero que no era posible. ¿Y ahora?
Y no es posible de momento por falta de personal. ¡Claro que me gustaría! Pero se han aumentado las patrullas en el Polígono.
¿El barrio más peligroso de Toledo?
No hay barrios peligrosos. La delincuencia se mueve en función de la presión policial que tiene que soportar.
¿Cuándo va a estar en la calle la UPR (Unidad de Prevención y Reacción)?
Estamos poniéndola en marcha, eligiendo los funcionarios, y en dos o tres meses estará funcionando. Serán unos 15 policías.
¿Y un grupo de guías caninos?
Hemos tenido la idea de montarlo, pero por la crisis económica está parado.
¿Qué tal las relaciones con la Policía Local?
Buenas. Las hemos estrechado mucho y están participando en la mayoría de los dispositivos nocturnos que montamos.
Imagino que el terrorismo no solo preocupa durante una cumbre europea, sino a diario, más que nada por la proximidad de Toledo con Madrid…
Desde hace varios meses en España estamos en alerta antiterrorista de nivel dos. El terrorismo nos preocupa, claro. Quiero decir que se toman medidas de forma permanente. Ya dijo el ministro de Interior que ETA podía cometer un atentado en cualquier momento en cualquier lugar de España.