Hay una historia, un dato, una vivencia o una imagen interesante detrás de todas y cada una de las 1.200 piezas que componen la exposición «Atempora Talavera de la Reina. Seis mil años de cerámica en Castilla-La Mancha». Hemos elegido 10 piezas imprescindibles para entender casi de un golpe de vista el tesoro que se esconde en esta edición de Atempora en Talavera.
Encastillalamancha.es ha recorrido»Atempora Talavera de la Reina. Seis mil años de cerámica en Castilla-La Mancha», acompañados por José Domingo Delgado, coordinador de la muestra, de la que es comisario Alfonso Caballero, director de los museos de Santa Cruz (Toledo) y Ruiz de Luna (Talavera).
De sus explicaciones saldrán una serie de reportajes que vamos a ir compartiendo durante el mes de octubre y que esperamos ayuden al lector de encastillalamancha.es a comprender mejor qué va a ver cuando visite la muestra y el valor y la dimensión histórica y artística que tiene esta recopilación única.
[ze_gallery_info id=»268783″ ]Comenzamos nuestra serie de reportajes sobre Atempora con una selección de las 10 piezas imprescindibles que no te puedes perder y que te ayudarán a comprender mejor los 6.000 años de historia de la cerámica en Castilla-La Mancha.
La pieza más antigua: 6.000 años de vida en barro
Fue encontrada en Numancia de la Sagra (Toledo) y se ha datado en torno al año 4.000 antes de Cristo, antes de la civilización egipcia, en tiempos de Sumer y de apogeo de los sumerios. Ya en Castilla-La Mancha se hacía cerámica.
Se puede encontrar nada más comenzar el recorrido por la exposición, en el primer bloque de la iglesia de Santa Catalina, que se corresponde con lo recuperado de época prehistórica.
Es la pieza más antigua que se ha encontrado en cerámica y está en Atempora, uno de los tesoros que nos esperan entre las 1.200 piezas.
Vaso calcolítico campaniforme
Apareció en Talavera, durante las obras de la línea de ferrocarril a Cáceres, en 1870 y salió entero, algo extraordinario, porque casi todas las piezas recuperadas de esta forma están fracturadas o tienen algún desperfecto.
No es el caso de esta pieza calcolítica, muestra de la cultura de los vasos campaniformes, que es netamente europea y de la que han aparecido piezas desde Portugal y la República Checa. En España se dan formas especialmente depuradas.
Forma parte de la vajilla que utilizaban las familias de esta época, que estaba compuesta por tres piezas: el vaso, el cuenco y la cazuela. El marques de Cerralbo se hizo con este vaso hacia 1900 y se la llevó a su casa y hoy forma parte del Museo Cerralbo. Es la primera vez que sale de este centro.
La Caja de la Necrópolis de El Toril
Esta pieza aparece en la necrópolis de El Toril, en El Salobral (Albacete) y forma parte de la segunda sección de la visita en el convento de Santa Catalina, la que se recorre bajo el epígrafe «De Iberia a Hispania, 1.400 años de cerámica en Castilla-La Mancha».
Este tipo de piezas y decoraciones llegan a Iberia en los barcos de los grandes difusores de la cultura mediterránea, los comerciantes griegos y los «castellano-manchegos» de la época los copian para integrarlos en sus vajillas y utensilios de uso cotidiano.
La jarra de Marciana, aparecida en Talavera
Una de las curiosidades de la exposición. No es su calidad alfarera, si no que es la primera pieza que se encuentra en la que aparece grabado el nombre de su propietaria, Marciana.
Se encontró en la Ronda del Cañillo, 27, en Talavera, a apenas 20 metros de donde hoy se exhibe en la mayor exposición de cerámica que se ha hecho nunca en España. Datada en el siglo I de nuestra era. Marciana, hace 2.000 años, dejó claro lo que era suyo.
Juguete islámico en cerámica
Otro objeto curioso de la exposición. Juguetes infantiles en cerámica. Esta pieza representa una especie de caballito de barro y se ha datado en el siglo XI. El juguete que entretuvo a un niño musulmán 1.000 años atrás.
Tinaja islámica del castillo de Alarcos
La evolución de la cerámica y de la historia nos lleva a la época islámica. Tras Roma, se ve claramente una involución en la calidad de la producción durante la Hispania visigoda, pero con los musulmanes la alfarería se enriquece y aparecen decoraciones como la de esta pieza.
Esta es una de las piezas de más valor de Atempora. Apareció fragmentada en una de las últimas campañas de excavación en el castillo de Alarcos, en uno de los niveles que temporalmente se data entre la batalla de Alarcos y la de las Navas de Tolosa, a principios del siglo XIII.
Pieza sensacional por su calidad y porque es prácticamente única, ya que solo han aparecido dos: esta en España y otra en Portugal. Nos enlaza con la gran cerámica nazarí.
Tinaja ochavada con la «Y» de «Ysabel»
Por la complejidad de su elaboración, no solo es una pieza única en la exposición. También lo es en la producción cerámica de la época, ya que no está realizada en torno, si no que se consigue uniendo 8 grandes paneles elaborados individualmente.
Tiene decoración rica y compleja y rica, muy elaborada y está vinculada a Isabel la Católica, que procede de una casa de Torrijos y que parece que está vinculada al secretario de la reina, porque entre otros elementos de la decoración aparece la «Y», de «Ysabel». También puede verse la mano de Fátima, la hija de Mahoma.
Así que esta tinaja sería también el sincretismo de dos culturas: la cristiana y la musulmana.
Pila bautismal en cerámica… Solo quedan 5 en el mundo
A partir del siglo XVIII la Iglesia considera que el barro no es un material suficientemente noble para las pilas bautismales de sus templos, así que se sustituyen todas las que había en cerámica por otras talladas en piedra.
Solo quedan cinco pilas bautismales en cerámica en el mundo y dos de ellas han sido rescatadas para Atempora y pueden verse en Talavera en el ochavo del convento de Santa Catalina, la primera sede de las cuatro de la exposición.
Las pilas bautismales que se pueden contemplar son las de las parroquias de El Salvador (Toledo) y Santa Cruz del Retamar. Hay otras dospilas están en Villamiel y Camarenilla, municipios todos ellos de la provincia de Toledo.
La quinta pila de la que se tiene constancia está en el Museo de la Hispanic Society of America, en Nueva York y se sabe que procede de Toledo.
El mural de Juan Flores, la joya del flamenco y el boom la cerámica de Talavera
En el siglo XVI llega a Plasencia (Badajoz) un azulejero de origen flamenco, Jan Floris, rebautizado como Juan Flores y «fichado» por Felipe II, que lo envía a Talavera y le encarga hacer cuantas piezas se le pidan para los palacios reales, incluido el Escorial.
Floris utiliza cerámica pintada y vidriada y revoluciona la alfarería talaverana, que con él comienza su edad de oro y su expansión por el mundo. De él puede verse un gran mural, su primera obra en Talavera, cuyo viaje hasta Atempora ha sido una auténtica odisea. Fue necesario desmontarla y casi reconstruirla desde la ermita de la Virgen de Peñitas, en Oropesa (Toledo).
Han sido necesarios cuatro meses de trabajos para rescatar el mural de la fachada de la ermita y trasladarla al convento de Santa Catalina, donde luce espléndida y tal y como fue concebida por el maestro. La importancia de esta obra fue tal que se han encontrado hasta cuatro copias en siglos posteriores.