Mientras en Vistalegre Vox reunía a 10.000 personas a las que arengaba con un «¡Bienvenidos a la resistencia!» y un discurso ultraconservador, en el Palacio de Congresos de Albacete sonaba el himno de España como primera decisión de Paco Núñez, ya convertido en presidente del PP de Castilla-La Mancha, y ante un complacido Pablo Casado y la atenta mirada de Cospedal y Tirado.
Toda una declaración de intenciones de quien será el candidato del Partido Popular en Castilla-La Mancha en las elecciones autonómicas de mayo de 2019. Observado con detalle y complacencia por la expresidenta, María Dolores de Cospedal, y el ex secretario general, Vicente Tirado, Núñez subió al escenario para dejar claro que, salvo un cierto relevo generacional en la lista de 22 vocales de su Comité Ejecutivo, todo lo demás seguirá igual que lo dejaron Cospedal y Tirado.
Al menos, por ahora.
No hay cambio de discurso ni de modelo ni de perfil. Con Ciudadanos y Vox apretando electoral y socialmente y con las encuestas avisando de que en Castilla-La Mancha será el partido de Albert Rivera el que decida quién gobierna, el PP parece renunciar al centro en la práctica, aunque en el discurso reserva la etiqueta de la radicalidad al PSOE por su pacto con Podemos.
Ni rastro de integración en la lista de los 22 «it»
De momento, ni rastro de integración, aunque se espera que en los próximos días tenga algún gesto simbólico proponiendo alguna de las Vicesecretarías del nuevo Comité Ejecutivo a su rival, Carlos Velázquez, o a alguna de las personas que lo apoyaron públicamente. Pero será por concesión, en la lista de los «it» de Núñez que votó el Congreso, cero patatero.
Ni el 92,98 por 100 de votos recibidos de los emitidos ni el 66 de las primarias que Núñez obtuvo frente a Velázquez pueden tapar una división profunda y creciente en el PP. Toledo, Cuenca y Guadalajara son provincias dividas por la mitad.
Y en la capital regional, cuya Alcaldía es considerada por todos los partidos la joya de la corona, en la que el PP no gobierna desde 2007, los afiliados están con Velázquez.
De los 1.106 compromisarios elegidos para el XIV Congreso Regional, Núñez recibió 697 votos. Más de un tercio de los compromisarios no le votó y muchos de esos ni siquiera fueron.
Cospedal se despidió con dos mensajes: «Ayudad a Paco Nuñez» y «me voy con mi amor por España». Unos segundos después su sucesor, Núñez, se estrenaba haciendo sonar el himno nacional. Un gesto de reafirmación ante el electorado que se le puede escapar hacia Vox o Cs, pero necesitará mucho más para devolver al PP las cotas de poder que tuvo con Cospedal y Tirado, quienes le han elegido su heredero en el fondo y en las formas.
Mucha tarea interna y externa tiene por delante Paco Núñez, al que es evidente que le acompaña la edad, 36 años, y el empuje de quien se ve presidente de su partido solo 12 años después de afiliarse.