El susto se pasó pero no por ello es un tema menor, sino todo lo contrario. La caída de 20 kilos de piedra de la cornisa de la Catedral de Toledo a primera hora del domingo 14 que, por fortuna, no causó daños personales porque a la hora en la que se produjo, sobre las siete de la mañana, no había nadie en la plaza, provoca que ahora, sin mucha dilación, se compruebe exactamente cuál es el estado de la zona afectada con el fin de evitar que puedan producirse situaciones similares en el futuro.
Un edificio que depende exclusivamente de la Iglesia y que es a ella a quien corresponde tomar las decisiones correspondientes.
La piedra caliza de la Catedral de Toledo
Por eso en la mañana de hoy lunes los técnicos municipales del Ayuntamiento de Toledo se iban a poner en contacto con los responsables técnicos de la Catedral para ayudarlos en la visualización de las posibles deficiencias que pudiera haber. De hecho, tienen pensado ofrecerles un dron para comprobar con detenimiento los posibles desperfectos que hay en la zona afectada, situada a 36 metros de altura, justo en la torre más alta del imponente edificio que hace las delicias de toledanos y turistas por su imponente planta.
Y el dron, efectivamente, ha volado.
Los Bomberos procedieron a sanear la zona de la fachada y a la retirada de una columna que estaba un poco suelta. Material que deberá ser repuesto al ser la Catedral un Bien de Interés Cultural (BIC). No se pueden descartar más desprendimientos en un edificio que tiene cientos de años y en el que según los propios Bomberos «hay mucha piedra caliza que está en mal estado».
Ocho bomberos trabajaron para sanear la zona en la que se produjo el desprendimiento, a la altura de la Campana Gorda de la Catedral
VEA LAS FOTOS DE LA INTERVENCIÓN DE LOS BOMBEROS