lunes, 25 de noviembre de 2024
Dice que la relación era "muy fuerte" 20/11/2012junio 13th, 2017

Julián L.P., de 72 años y vecino de Fuente el Fresno (Ciudad Real), acusado por un presunto delito de abusos sexuales contra su empleada de 32 años, ha declarado en el juicio que se celebra en su contra que mantenían una relación sentimental «consentida» y «muy fuerte». Los hechos, enjuiciado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, se remontan al 27 de abril de 2006 cuando Julián L.P. contrató a M.P., de 32 años y de nacionalidad rumana, con el fin de que le ayudara en la limpieza de viñas en fincas de su propiedad.

El acusado ha explicado que desde el primer día que se conocieron entablaron una «amistad muy fuerte» y que anteriormente al día de los hechos ya habían mantenido relaciones sexuales «siempre consentidas», ha aclarado.


E incluso ha confirmado que se veían en lugares públicos, especialmente en Malagón.

Según ha relatado el acusado, a primera hora del 27 de abril, invitó a la mujer a que pasara a la parte trasera, una vez ya en la finca, para «comer unos churros» en el paraje denominado Los Rayos.

El acusado se alejó del vehículo y a la vuelta, según ha dicho, se encontró a la empleada «desnuda de cintura para abajo», como según ha relatado el acusado, le había prometido la mujer el día anterior.

Y fue entonces cuando la penetró «de acuerdo mutuo» sin que llegara a eyacular y «sin ningún tipo de forcejeo», ha declarado.

Julián P.L., que se enfrenta a una pena de ocho años de prisión, ha apuntado que la empleada estaba «constantemente» pidiéndole dinero, «unos 3.000 euros», a lo que se negaba el acusado.

Después de mantener relaciones sexuales en la furgoneta, la mujer, según la versión del acusado, pidió que la llevara de vuelta a la localidad al no saber «cortar tallos en las viñas» y porque «ya le había dado 50 euros y, además, se quedó contenta», ha resaltado.

Julián P.L. ha reconocido que negó los hechos en su primera declaración ante la Guardia Civil por «temor a los hijos y a su mujer», aunque ya en segunda instancia dijo la verdad, pues «todo fue consentido».

La víctima, que por entonces no poseía pasaporte, declaró en su día que el acusado se abalanzó sobre ella tratando de «abrazarla y de besarla», al tiempo que le ofrecía dinero.

También le acusó de ser penetrada por «vía vaginal con el pene en erección, pese a negarse y advirtiéndole que no se dedicaba a la prostitución».

Como consecuencia de los hechos, la víctima sufrió dos erosiones superficiales en forma de V de un centímetro de longitud así como heridas en uno de los dedos debido al forcejeo.

Sobre esta última herida, Julián L.P. ha negado que se lo hiciera en ese momento, sino «con un cuchillo pelando patatas».

Tras la declaración de los agentes de la Guardia Civil que instruyeron el caso y sin el testimonio de la víctima al estar ilocalizable, el escrito de conclusiones del Ministerio Fiscal ha considerado «probados los hechos» por lo que ha mantenido la petición de ocho años de prisión y una indemnización a la víctima de 6.000 euros.

Por su parte, el abogado de la defensa ha refutado todos los argumentos del Ministerio Público y ha pedido la absolución de su cliente, al entender que las relaciones sexuales que mantuvo el acusado «siempre fueron consentidas» y que, según el informe del médico forense, «no hay rastro de que las relaciones fueran forzadas», ha concluido.

El juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, ha quedado visto para sentencia.

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