El cabildo de la Catedral de Toledo ha anunciado que ha encargado a la empresa Geocisa -especialista en la conservación y mantenimiento de Bienes de Interés Cultural y que lleva tiempo realizando trabajos de restauración en el templo primado- una inspección directa de las fachadas de la torre mediante el sistema de descuelgue vertical.
La medida la ha adoptado después de que el pasado 14 de octubre un trozo de cornisa de al menos 20 kilos de peso se desprendiese desde una altura de 36 metros de la torre alta.
Según se informa en un comunicado firmado por el deán, Juan Miguel Ferrer, durante esta inspección se procederá a documentar las posibles lesiones y procesos patológicos existentes, así como a la «adopción de medidas preventivas enfocadas a garantizar la estabilidad de los elementos susceptibles de desprendimiento».
Asegura que los trabajos se llevarán a cabo en condiciones de máxima seguridad y se contará con personal de formación especializada en trabajos verticales dotados del equipo específico. La duración de los trabajos dependerá del resultado de la inspección y de las necesidades de la actuación.
Concluye la nota señalando que las intervenciones estarán bajo la supervisión del arquitecto-conservador de la Catedral y sometidas al control arqueológico pertinente.