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Literatura 16/12/2011junio 14th, 2017

Aunque Toledo ha sido objeto de numerosas investigaciones y estudios, a veces la historia se descubre a partir de simples casualidades como la que llevó al escritor e investigador Manuel Palencia -miembro del grupo literario Arrendajos- a encontrar, tras el emparedamiento de una alacena en una antigua casa-palacio de la calle de la Plata de Toledo, un libro que no llegó a publicarse pero que aporta luz sobre la ya extensa literatura que habla de la ciudad. El facsímil en cuestión se titula «Disertaciones y opúsculos sobre Toledo», obra de Gilimón Gaetano Blancalana, y está datada en el siglo XIX.

Tal y como explicaba el propio Palencia tras la presentación en el Círculo de Arte de la reimpresión y publicación llevada a cabo por la editorial Celya, en «Disertaciones y opúsculos sobre Toledo» se hace un estudio de los enterramientos de la iglesia de San Román e incluso se da cuenta del enterramiento en la ciudad del primer hombre que se elevó con un artefacto. Además, «cuenta la verdadera relación entre Lope de Vega y el poeta toledano Baltasar Elisio de Medinilla, de la que narra que acabó siendo tumultuosa a pesar de que siempre se había dicho que había sido buena».


A parte de recrear el Toledo de 1890, esta obra deja constancia del hallazgo del capitel árabe en el palacio de Benacazón y explica que la presencia del colmillo en uno de los pilares de la Catedral se debe a las ofrendas que colgaban en las paredes y techos de las iglesias los devotos que tenían algo que agradecer a un santo, poniendo así en tela de juicio otras teorías como la que apunta a que podría tratarse de un cuerno de buey -y no de elefante como asegura Gilimón Gaetano- puesto ahí por las personas que trabajaron en la construcción de la Catedral o la que afirma que es un cuerno que utilizaban los mozárabes para llamar a la oración.

Igualmente argumenta que la desaparición de la torre-minarete de la Catedral fue causa de la decisión del cardenal Payá en 1889 de eliminar esta estructura porque le parecía que rompía la unidad de estilo, si bien sobre esto último y sobre algunos otros aspectos Palencia cree que son más bien elucrubraciones.

De Gilimón Gaetano se tiene pocos datos. Se sabe que fue el primer director de la Escuela de Artes y Oficios de Toledo y que se relacionaba con Gustavo Adolfo Bécquer y era miembro del grupo de intelectuales más destacados del último cuarto del siglo XIX. No nació en la ciudad, aunque vivió durante 50 años en ella. «Era una persona adinerada que se dedicaba a la investigación, y más que a la investigación histórica, a indagar sobre las cuestiones más curiosas.

Sobre la forma en la que se ha hallado esta obra, Manuel Palencia afirmaba que en una ciudad como Toledo no es algo que resulta tan extraño. «Descubrimos que era una edición que estaba lista para la imprenta pero que no había llegado a publicarse». En la reimpresión que ha hecho Celya, propiciada por otro componente del grupo Arrendajos, Joan Gonper, se ha respetado la ortografía de la época y conservado las ilustraciones a lápiz del autor, también gran aficionado al dibujo.

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