El expresidente de desaparecida Caja Castilla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó, ha comparecido en el Congreso de los Diputados en la Comisión de Economía y Competitividad el objetivo era para informar en relación con la reestructuración bancaria y el saneamiento financiero; sin embargo, se ha centrado en el caso de CCM aprovechando que «es la primera oportunidad que tengo para aclarar y contestar».
Moltó ha señalado que CCM ha sido durante tres año el único o principal protagonista de la crisis económica y reconoce que ha sentido impotencia ante un «apaleamiento público poblado de falsedades insidias y calumnias sobre mi persona o sobre la Caja».
Moltó ha mostrado su «absoluta disponibilidad» para hablar de lo que pasó en cualquier comisión dedicada a ella tanto nacional como regional y ha expuesto lo que a su juicio pasó en la entidad.
El expresidente de la caja no ha podido por menos referirse a los años de bonanza de la misma, esos años que llegaron tras la fusión de las tres cajas de ahorro, la de Toledo, Ciudad Real y Albacete.
«Un nuevo proceso», describía Moltó, «en el que íbamos con claro ritmo de crecimiento, expansión… Fuimos realmente referentes en muchas cosas». Y ahí no se ha olvidado de que fue posible gracias «a un equipo y a un Consejo capacitado y austero», así como «a un equipo directivo que estaba testado y homologado como cualquier otra entidad».
Moltó asegura que «CCM realizó su trabajo y cumplió su función con rigor, profesional y la máxima honestidad», además de con «la convicción de un trabajo bien hecho» y «la mayor de las ilusiones y legítimas ambiciones».
PERO LLEGÓ 2008
Moltó describe el año 2008 como el momento en el que la caja se ve alterada. Siempre había existido un «altísimo nivel de información a todos los órganos de gobierno, sin que nunca, jamás, me constante que la información o aclaración que se solicitase no se respondiese».
Hasta 2008 CCM logró unos beneficios de 280 millones, un ratio de cobertura del 400 por 100, mientras la media del sector era 212; y un ratio de morosidad del 0,49 por 100.
Se consiguió «los mejores resultados de su historia» y, aclara Moltó, se cumplió con todos los requisitos legales y de solvencia».
LO QUE PASÓ FUE…
Ante estos datos, Moltó se ha preguntado, para responderse después: ¿si CCM era una caja en crecimiento, consolidación progresiva, qué sucedió para que fuera la primera y única entidad intervenida por el Banco de España?
«Mi propia respuesta, muy reflexionada», comentaba Moltó quien reconocía que ha pensado mucho y también ha sufrido mucho, se basa en que «no descubriré nada si digo que el negocio financiero se sustenta fundamentalmente en la confianza».
El expresidente de la entidad sitúa el punto de inflexión en enero de 2008 cuando se empieza a perder la confianza en CCM y nace esa falta de confianza en una empresa de Los Yébenes (Toledo), que dura un año, «sin que ninguna administración saliese al paso de lo que eran afirmaciones y tergiversaciones».
Campaña que acabó en un problema de liquidez para CCM, según Moltó, y que se sumó también a la dimisión organizada de los militantes del PP de los órganos de dimisión que «en términos generales lo hacían por descontento ante falta de información que nunca solicitaron».
Además Fitch rebajó la calificación de la caja al bono basura, «lo que aceleró los problemas de liquidez».
«Y, por último, los obstáculos permanente con el proceso con Unicaja, que no fue posible por un desacuerdo que nunca pude entender en la negociación con el Banco de España», indicaba Moltó, para quién esta fusión hubiese sido la solución perfecta.
«NUNCA HE CREIDO EN LAS CONSPIRACIONES»
Para Moltó la caída de CCM se resume en la campaña de reputación a la que fue sometida, más las tensiones institucionales provocadas, las bajas de renting y el fracaso de la fusión iniciado. Todo ello fueron «circunstancias especiales» que CCM tuvo y que no tuvo ninguna otra entidad.
Moltó aclaraba que «nunca he creído en las conspiraciones», sin embargo reconocía que «siempre he considerado que el Banco de España tuvo cierta precipitación interesada para semejante gesto de autoridad como fue la intervención con un pequeño y, a efectos político, con un amigo».
El expresidente de la entidad señalaba que fue precisamente después cuando se pone en marcha el FROB y el proceso de fusión fría.
Moltó reconocía que «cometimos error de estrategia y de percepción de la realidad», pero al igual que el conjunto del sector.
Y se dejaron arrastrar por «la actividad febril del sector construcción, la competencia feroz de entidad, el crédito…»
«En esos errores sistémicos estuvo CCM». Sin embargo, aclara Moltó que «si se cometieron los errores propios del momento, «se gestionaron con rigor y acompañamiento del resto del sistema».