El expresidente de Caja Castilla La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó, también habló en la Comisión del Congreso sobre el aeropuerto de Ciudad Real, del que dijo que era un proyecto que ya existía «cuando yo llegué a CCM, era anterior a 1999. Y era un proyecto lógico en el desarrollo territorial, propuesto por la iniciativa privada».
Un proyecto en el que «también participó la Universidad regional, el Ayuntamiento de Ciudad Real, la Diputación de Ciudad Real, la Junta… Además de empresarios privados con el 70 por 100 del capital social. Pero, cuando alguien pide un crédito, ¿alguien puede pensar que se hace gratis? CCM asumió una inversión de 170 millones y del total de 450 millones otras tres entidades financieras asumieron unos 200 millones. El del aeropuerto era un proyecto del que no hubiera podido, ni debido, estar al margen, ninguna institución implicada en un territorio (o comunidad autónoma)».
«EL AEROPUERTO, MÁS PRONTO QUE TARDE, SEGUIRÁ SIENDO UN PROYECTO DINAMIZADOR EN LA ZONA»
Moltó se mostró convencido en el Congreso de que el aeropuerto, «más pronto que tarde, seguirá siendo un proyecto dinamizador en la zona y un negocio para quien se implique en él, no me cabe la menor duda». E incluso dio un dato que, desde su punto de vista, reforzaba su opinión: «En marzo de 2008, según Richard Ellis, su desarrollo logístico se valoraba en 850 millones más el IVA».
Por lo que su conclusión era la siguiente: «Si echan cuentas y no arengas (palabras que dirigía al portavoz del PP, Agustín Conde) verán que la racionalidad económica del proyecto estaba más que justificada».
CONDE: «CCM PAGÓ LA FIESTA ENTERA DEL AEROPUERTO, PERO SE QUEDÓ SÓLO CON LA MITAD DE LA TITULARIDAD»
Opinión completamente diferente fue la del portavoz del PP en la Comisión del Congreso, el también toledano Agustín Conde, quien recalcó que en el asunto del aeropuerto de Ciudad Real «CCM asumió un riesgo de 336 millones de euros, el 100 por 100 del proyecto».
O, lo que es lo mismo, «CCM pagó la fiesta entera, pero se quedó dólo con la mitad de la titularidad. Si el negocio salía mal las copas las pagaba CCM, pero si salía bien los beneficios se los llevaban otros señores, quienes tenían más acciones».