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sábado, 23 de noviembre de 2024
Centro penitenciario de Ocaña II.
Centro penitenciario de Ocaña II.
El grupo ha sido desarticulado - 11 diciembre 2018 - Toledo

La Comisaría General de Información de la Policía Nacional ha desarticulado este martes en colaboración con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias un grupo de cuatro presos de nacionalidad siria y edades comprendidas entre los 26 y los 42 años que presuntamente participaban en delitos de financiación del yihadismo, tráfico de armas, tráfico ilegal de personas y adoctrinamiento terrorista.


Uno de esos presos está recluido en la prisión de Ocaña I (Toledo).

El operativo, que incluye cuatro registros en las celdas de los investigados en los centros penitenciarios Madrid III (Valdemoro), Madrid VI (Aranjuez), el citado Ocaña I (Toledo) y Teixeiro (La Coruña), se ha llevado a cabo bajo la supervisión del Juzgado Central de Instrucción número 6 y ha sido coordinado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

Para financiar el yihadismo, la actividad la llevaban a cabo desde 2012

La operación parte de información y averiguaciones que permitieron relacionar con actividades vinculadas al respaldo de organizaciones terroristas yihadistas una serie de operaciones llevadas a cabo entre 2014 y 2016 contra redes de narcotráfico que operaban en el Mediterráneo, según ha informado el Ministerio del Interior.

Las investigaciones acreditan la existencia de un entramado de empresas dedicadas al transporte de mercancías por vía marítima que contaba con embarcaciones registradas en navieras de Siria y Turquía y que servían como tapadera de las actividades ilegales de la organización criminal.

Los cuatro investigados, que capitaneaban dichas embarcaciones, contaban con la máxima confianza de la organización criminal y ejecutaban labores de control y supervisión encaminadas a que el cargamento ilícito llegara a su destino, constituyendo lo que en el argot delincuencial se denominan «notarios«.

Se ha constatado que este entramado transportaba droga por aguas del Mediterráneo, principalmente con destino a Libia, con la finalidad de financiar a los grupos insurgentes de la zona. Allí también intercambiaban cargamentos de hachís por armas que luego eran destinadas a grupos terroristas que operan en el Cuerno de África y zonas de conflicto en Siria.

[ze_summary text=»También se dedicaban al tráfico de inmigrantes»]También se dedicaban al tráfico de inmigrantes[/ze_summary] 

Asimismo, estas embarcaciones se dedicaron al tráfico de inmigrantes desde Siria y Libia hasta las costas de Europa, principalmente Grecia, Italia, Chipre y Malta, sirviendo también este tráfico de personas para financiar actividades terroristas, como demuestran varias informaciones surgidas tras las pesquisas.

Esta actividad criminal está acreditada desde 2012, coincidiendo con las crisis migratorias ocasionadas por el estallido de las primaveras árabes en varios países norteafricanos y de Oriente Medio. Los investigadores han relacionado a individuos de este entramado criminal con el incidente ocurrido en 2015, cuando se interceptó en alta mar a la embarcación de nombre Ezzaden, que había sido abandonada a la deriva con 470 inmigrantes a bordo.

Uno de los cuatro investigados en esta operación también está imputado por su presunta participación en un delito de captación y adoctrinamiento yihadista de un grupo de jóvenes internos en prisión, en su mayoría de nacionalidad marroquí.

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