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Anuario ENCLM 2018 / Política 31/12/2018enero 1st, 2019

Los años de mieles quedaron atrás de forma abrupta en pocos meses de 2018. Sin duda, el peor año de la vida política de María Dolores de Cospedal, aunque su trayectoria política nunca estuvo exenta de dificultades. Entre el 1 de junio y el 7 de noviembre todo se fue a pique.

Después de haber sido ministra del Gobierno de España, número dos del PP durante más de una década, presidenta de Castilla-La Mancha y artífice de los mejores resultados de la historia del PP en CLM, sus herederos ni la nombran y no se atreven a hacerla presidenta de honor del partido en la región, algo que prometió el día de su elección su sucesor, Paco Núñez.


Un 2018 inimaginable para Cospedal

Ni Cospedal ni nadie podían imaginar el 1 de enero de 2018 que los acontecimientos sucederían tal y como fueron. Nada más empezar el mes de junio dejó de ser ministra de Defensa al salir adelante la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy. Solo unas semanas después, el 5 de julio Cospedal quedaba fuera de la carrera por el liderazgo del PP al quedar la tercera en la primera vuelta de las primaria celebradas en el PP para elegir al sucesor de Rajoy. Por delante de ella su gran rival, Soraya Sáenz de Santamaría, que logró 21.513 votos, el 37 por 100, frente a los 19.967 de Pablo Casado, el 34 por 100 del total emitido. La tercera fue María Dolores de Cospedal, con 15.090 votos, el 26 por 100. Derrotada en su propio feudo, el partido, del que había sido dueña y señora durante una 10 años.

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Obviamente ganó la primera vuelta en CLM, pero no de la manera contundente que esperaba: 2.922 votos por 1.113 votos para Pablo Casado y 423 para Soraya Sáenz de Santamaría con 423 votos. En porcentaje, la entonces todavía presidenta del PP castellano-manchego obtuvo el 65,5 de los votos, por el 24,9 de Casado y el 9, 4 de Sáenz de Santamaría.

Supo hacer de la necesidad virtud y su tercera posición, necesaria para inclinar la balanza de los otros dos candidatos hacia la victoria o la derrota permitió a Cospedal vengarse de su eterna rival, Soraya y colocar bien a algunos de los suyos en el nuevo organigrama de Casado, ganador del Congreso Nacional que el 21 de julio le proclamó presidente del PP.

«Es necesario un nuevo liderazgo», el adiós al PP de CLM

Dos meses después, el 7 de septiembre, ante la Junta Directiva del PP de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal anunció su adiós a la presidencia regional. «Es necesario un nuevo liderazgo», dijo y agregó que con su marcha facilitaba «una sustitución serena». Ese mismo día saltó Paco Núñez a la palestra, el candidato «oficial», apoyado por Cospedal y Vicente Tirado, que también decidió «dar un paso atrás» y no asumir la sucesión de Cospedal, como estaba previsto meses atrás.

Núñez ganó. Casado tenía gestos con Cospedal. El Congreso Regional del PP la despidió el 7 de octubre con grandes aplausos… Todo parecía recolocarse. ALgunas quinielas aseguraban que Cospedal podría ser la candidata del PP en las elecciones europeas de 2019 y salir «por la puerta grande». Pero… Lo peor estaba por llegar y no tardaría…

Los audios de Villarejo, la puntilla más cruel

A finales de octubre se hace público que el comisario Villarejo, actualmente en prisión, se había reunido en 2009, en pleno escándalo del «caso Bárcenas» con Cospedal y su esposo, Ignacio López del Hierro en su despacho de Génova. Las noticias siguientes, sustentadas en los audios de los encuentros publicados por moncloa.com, apuntaban a que la ex secretaria general habría obtenido de Villarejo sobre casos de corrupción del PP y que le habría encargado espiar a Javier Arenas, uno de sus vicesecretarios generales en el PP y enemigo interno de la castellano-manchega. La sentencia era definitiva. Cospedal dimitió primero de su cargo en el PP y más tarde dejó su escaño en el Congreso para solicitar su reingreso como abogada del Estado. Y lo hizo sin que nadie diera la cara por ella.Ni en Madrid ni en Toledo. Ni Casado Ni Núñez.

[ze_summary text=»Acorralada por los audios de Villarejo, Cospedal se fue. Y lo hizo sin que nadie diera la cara por ella. Ni en Madrid ni en Toledo. Ni Casado ni Núñez»]Acorralada por los audios de Villarejo, Cospedal se fue. Y lo hizo sin que nadie diera la cara por ella. Ni en Madrid ni en Toledo. Ni Casado ni Núñez[/ze_summary]En Castilla-La Mancha, donde casi todos la deben lo que son parece que ni hubiera existido. Su presencia en la comida de Navidad del PP toledano, a la que asistió Paco Núñez, fue más que discreta, ausente de las fotos oficiales. Imposible imaginar que la devoción, y a veces el miedo, que durante una década inspiró su nombre en el PP castellano-manchego, es olvido.

¿Se vengará Cospedal?

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