Un último adiós muy emotivo, con lágrimas contenidas y a la vista, con rabia, con dolor… El funeral por Laura Sanz Nombela, la toledana de 38 años que falleció el sábado 12 en París cuando se encontraba en su hotel y fue alcanzada por la onda expansiva tras una explosión de gas en una panadería, ha tenido lugar hoy en el cementerio de la capital regional, donde se han dado cita alrededor de 150 personas entre familia, amigos y vecinos de Toledo y de Burguillo, la localidad donde vivía. Incluso con gente fuera que no ha podido acceder porque la capilla estaba llena.
La misa por Laura Sanz la ha oficiado Quillo, párroco del Polígono
Ha sido uno de los curas más conocidos y queridos en la ciudad (tiene su parroquia en el Polígono), José Antonio Jiménez, «Quillo», quien ha oficiado la misa y ha dedicado palabras de cariño y cercanía tanto a Laura como a su familia. Los restos de la fallecida han sido posteriormente incinerados.
Recuerden que su cuerpo llegó a Toledo durante la noche del miércoles 16 después de salir de París sobre las cinco de la tarde y previo paso por Madrid. Aunque en un principio se pensaba que tardaría 10 días en volver por cuestiones puramente judiciales, al final se aceleró el proceso y cuatro días después sus restos ya estaban en España.
La muerte de Laura conmocionó no solo a la sociedad toledana, también a la española.