Rafael Torija, que fue obispo de Ciudad Real entre los años 1980 y 2003, ha fallecido este sábado en Ciudad Real a los 92 años de edad.
Según han informado a Efe fuentes de la diócesis de Ciudad Real, el fallecimiento del obispo Rafael Torija se ha producido tras empeorar su estado de salud en los últimos días.
Torija, antes de encabezar la diócesis de Ciudad Real, fue obispo auxiliar de Santander entre 1969 y 1976 y prior de las órdenes militares entre 1976 y 1980.
Rafael Torija nació en Noez y estudió en el Seminario de Toledo
Nacido en Noez (Toledo), el 18 de marzo de 1927, cursó los estudios sacerdotales en el Seminario de Toledo; fue ordenado sacerdote el 7 de junio de 1952 y posteriormente, se licenció en Teología y en Sociología, en la Pontificia Universidad Gregoriana, indica la diócesis en su página web.
Fue cura de Castilléjar (Granada) y de Riópar (Albacete), pueblos entonces pertenecientes a la diócesis de Toledo, y a la vez que coadjutor de la parroquia de Santiago, de Toledo, fue también profesor de Teología Pastoral en el Seminario de esta capital, así como desarrolló una amplia labor como consiliario diocesano de la JOC (Juventud Obrera Cristiana), de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y de la JEC (Juventud Estudiante Católica).
El cardenal Pla y Deniel lo nombró vicario episcopal de pastoral y el cardenal Tarancón lo nombró vicario general de pastoral, cargo desde el que organizó el consejo presbiteral de la diócesis.
En 4 de noviembre de 1969 fue nombrado obispo titular de Ursona (Osuna), auxiliar de monseñor Cirarda en la diócesis de Santander.
Fue consagrado el 14 de diciembre del mismo año y en 1972, fue nombrado obispo delegado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y Consiliario General de la Acción Católica.
El día 2 de octubre de 1976, al aceptar el Papa la renuncia de moseñor Hervás al obispado priorato, nombró para sucederle a Torija, que tomó posesión el 6 de noviembre del mismo año, y el 4 de febrero de 1980, al elevar a Diócesis la Prelatura Cluniense, fue desvinculado de la iglesia titular de Dora y nombrado obispo residencial de Ciudad Real.
Conservó el título de Prior de las Órdenes Militares, unido en adelante al obispo de Ciudad Real.
En un comunicado de prensa, la diócesis de Ciudad Real ha recordado que Rafael Torrija «ha sido un gran regalo de Dios».
«Su vida y ministerio episcopal, a través de multitud de gestos y palabras, nos han transparentado su amor a Dios y a la Iglesia que Dios le encargó que pastoreara», ha señalado.
Y han apuntado que el obispo Rafael «ha sido un gran pastor para nuestra diócesis», que se ha caracterizado or su «gran humanidad’.
«Además de ser una persona franca, tratable, sencilla y cercana, era una persona cordial. Percibíamos que contábamos para él, que le importábamos, que éramos personas queridas para él y ocupábamos un puesto en su corazón pastoral», ha indicado la diócesis, que ha añadido que «fue un pastor de corazón grande», cuya cordialidad «le llevó a que su corazón latiera al ritmo del corazón de los miembros de esta Iglesia, fueran niños, jóvenes o mayores».