No dijo nombres. No hacía falta. En un tono amargo, José Bono tomó la palabra casi al final de las cuatro horas que duró la reunión del Comité Regional del PSOE celebrado el sábado en Toledo y soltó uno de sus chascarrillos más fulminantes. «Antes entrabas en un bar y nos votaban 6 de los 10 que había; ahora nos votan dos contándonos a nosotros dentro». José María Barreda, que abrió el Comité como secretario general, tampoco se quedó corto en indirectas. La ruptura, cada vez más evidente, entre los dos expresidentes, quedó muy clara también el sábado.
Las imágenes del vídeo que les mostrábamos ayer en los minutos anteriores al inicio del Comité del PSOE del sábado 17, no dejaban lugar a dudas sobre la falta de feeling y difícil relación que atraviesan José Bono y José María Barreda. Los dos, expresidentes. El primero continúa siendo el presidente del partido en Castilla-La Mancha. El segundo, secretario general hasta el congreso de los días 25 y 26 de febrero, momento en el que, como ya anunció hace tiempo, dejará el cargo.
Las heridas abiertas durante los últimos años, agudizadas por la situación en la que Barreda ha dejado la región y al PSOE en esta comunidad autónoma, además de su empeño en arropar a Carmen Chacón, aún a riesgo de dividir a la federación socialista castellano-manchega, han desencadenado una situación de clara hostilidad. La ruptura, que era un secreto a voces, ya queda patente en las reuniones internas, incluso en las que asisten decenas de personas, como la del último Comité Regional.
La primera intervención de la mañana correspondió a Barreda, en su condición de secretario general, y no perdió ni un minuto en declararse víctima de una persecución y denunciar una campaña orquestada dentro del partido contra él y su figura política. Un dardo a Bono con acuse de recibo para Emiliano García-Page, el secretario general de los socialistas toledanos y a quien la mayoría quieren ver al frente de la organización regional cuanto antes.
LOS ATAQUES DE «PÚBLICO» A BONO
La respuesta de Bono se hizo esperar, porque fue de las últimas intervenciones y el Comité duró cuatro horas. El expresidente se quejó amargamente de que para campañas orquestadas la que se dedicó a cuestionar la legitimidad de su patrimonio. Y citó dos medios, «La Gaceta»y «Público», del grupo del que forma parte Miguel Barroso, amigo personal de Barreda y marido de Chacón. Todos entendieron que se refería a su sucesor, al que responsabilizaba de algunos ataques recibidos por determinados medios.
Por si fuera poco tiró mano de sus chascarrilos para referirse clara y duramente a la dilapidación de su herencia política. «Antes entrabas a cualquier bar de Castilla-La Mancha y de cada 10 personas que había dentro, nos votaban 10; ahora nos votan dos contándonos a nosotros dentro». A buen entendedor…
Los asistentes al Comité entendieron todos que Bono preguntaba implícitamente «¿qué ha has hecho con mi herencia?», aunque no fueran esas las palabras que pronunció.
El expresidente del Congreso también se mostró partidario de acudir al congreso federal con una postura neutral como federación regional y no apoyar a ninguno de los candidatos, con el fin de evitar más fracturas internas en el PSOE de Castilla-La Mancha, especialmente en un momento como el actual.
LOS QUE SE ARRODILLAN ANTE LA DERECHA
Las intervenciones fueron todas en clave interna. Solo Barreda mencionó a Cospedal y no como asunto de debate. El secretario general más cercano a sus tesis fue su paisano y presidente de la Diputación de Ciudad Real, Nemesio Lara, quien también metió los dedos contra los que salen a hablar a los medios de comunicación o se arrodillan ante la derecha.
José Luis Martínez Guijarro fue el que manifestó menos ganas de guerra y dejó claro que él no será obstáculo en Cuenca si se plantea la renovación de la dirección provincial, encabezada por él actualmente. De hecho, apostó por escuchar a la militancia.
PAGE Y EL PARTIDO COMO REFLEJO DE LA SOCIEDAD
Fue el último de los secretarios generales en intervenir (lo hacen por orden alfabético), pero era el más esperado. Y también fue el único que habló de futuro, de integrar y de escuchar a los militantes y a la calle para conseguir que el partido sea un reflejo de la sociedad y no un ente en el que los ciudadanos no se reconocen.
Page también tiró de ironía al relatar que cuando en las reuniones de los comités regionales anteriores a las elecciones allí dentro se decía que todo iba bien y que el PP caería otra vez en las urnas, él escuchaba lo contrario en la calle. Ahora le sucede otra vez lo mismo, que el partido dice una cosa y la gente otra; porque, según explicó, en las reuniones internas hay un lamento general pero en la calle, dijo el alcalde toledano, la gente espera y desea que el PSOE se recupere y sea una alternativa.