Estudian, trabajan, hacen deporte, participan en clubs de lectura, se ocupan de las tareas del hogar… Sus intensas agendas muestran una gran capacidad de esfuerzo, el que tienen que hacer día a día para ser independientes y vivir lejos de la protección de sus familias. Actualmente, cerca de 30 jóvenes con Síndrome de Down -muchos procedentes de pueblos de la provincia- viven en alguno de los seis pisos tutelados que la asociación Down Toledo tiene en la capital regional. Aquí han aprendido a valerse por sí mismos y a compartir espacio con otros jóvenes.
Verónica recibe a encastillalamancha.es en su casa del barrio del Polígono. Ella trabaja por las mañanas en la tienda Decathlon del centro comercial La Abadía, donde recientemente le han renovado el contrato y dice estar muy contenta. La tarde la dedica a asistir al club de lectura, a prepararse las oposiciones para la Junta de Comunidades y a las tareas domésticas ya que «nosotros cocinamos, limpiamos, sacamos la basura…». Si bien cuentan con un monitor durante la tarde y otro por la noche que les tutela en caso de necesidad, lo cierto es que ni ella ni sus compañeros necesitan que les recuerden lo que les toca hacer. Llega el fin de semana y los viernes regresa a casa de sus padres en Los Navalucillos, un lugar al que siempre le gusta volver y donde echa una mano en la tienda que su familia tiene en el pueblo.
Cerca de Verónica, en otro piso tutelado, vive Débora, de tan solo 23 años y natural de Ocaña, quien afirma estar encantada viviendo de manera independiente. Acude por las mañanas al Centro Social del barrio para asistir a un curso de cocina que comenzó en el mes de febrero, formación tras la que tendrá la oportunidad de hacer prácticas. Por la tarde tampoco para en el piso ya que está apuntada a zumba, a natación… ha llegado incluso a ser campeona regional en natación.
[ze_gallery_info id=»301545″ ]Ambas son ejemplos de que la discapacidad no está reñida con la capacidad de ser independiente. En esto es fundamental la labor que realizan asociaciones como Down Toledo.
Down Toledo, un acompañamiento desde el nacimiento hasta la vida adulta
Hace 28 años un grupo de padres con hijos con Síndrome de Down de Toledo -viendo que no existían los recursos necesarios- decidieron dar el paso de crear una organización que velase por cubrir sus carencias. Hoy en día la asociación Down Toledo, en la que se integran 121 familias, ofrece todo tipo de apoyos, tanto a las personas con discapacidad como a sus familias, desde el nacimiento hasta la vida adulta.
Así, su servicio de atención temprana busca dar una pronta respuesta a aquellos niños con trastornos en el desarrollo, un servicio con una gran demanda y que se configura en base a un modelo centrado en la familia. En este sentido, no son los menores de cero a seis años los que tienen que acudir a un centro sino que son los profesionales -logopedas, terapeutas, fisioterapeutas…- los que van a sus casas para trabajar allí con ellos y guiar a los padres para reforzar sus competencias ya que desde Down Toledo entienden que la familia y su entorno deben tener un papel activo.
Por una educación inclusiva y con titulación para los alumnos con discapacidad
La siguiente fase que afrontan los pequeños y sus familias es la escolarización, momento en el que Down Toledo ofrece apoyo en el refuerzo escolar o mediante servicios como logopedia. En esta etapa de la vida, la asociación apuesta por la educación inclusiva, una educación que en ocasiones no es todo lo inclusiva que quisieran ya que -tal y como expresaba Trinidad Escobar, presidenta de este colectivo y madre de una niña con Síndrome de Down- aún tienen que ver cómo los alumnos y alumnas con discapacidad no aparecen en las listas de admitidos y, lo más grave, cómo al finalizar su periodo escolar -a pesar de ir aprobando- no reciben titulación alguna, tan solo un certificado de estudios que confirma que ha estado en el centro escolar, algo que les dificulta su acceso al mercado laboral.
Tras su paso por Primaria y Secundaria, llega un momento clave y preocupante para las familias. Terminan la educación y todos se preguntan con gran angustia «y ahora qué». Silvia -miembro de la junta directiva de la asociación y madre de un joven con discapacidad- apuntaba la incertidumbre con la que se vive este momento.
El Servicio de Capacitación para la vida adulta
En esta incertidumbre muchos encuentran la respuesta en el Servicio de Capacitación de Down Toledo. Aquí reciben formación y capacidades para alcanzar en el futuro un trabajo con el que ganarse la vida. Muchos se especializan en el sector servicios, donde sus ganas de ayudar a los demás representa una potencialidad.
Además, 10 jóvenes y adultos están en la plantilla del Centro Especial de Empleo que Down Toledo tiene en el Polígono Industrial de Toledo y en el que hacen trabajos de estampación y serigrafía.
Decathlon, Kiabi, Domus o el Hospital Tres Culturas son algunas de las empresas que ya han apostado por darles una oportunidad.
A pesar de que en España el 91 por 100 de las personas con discapacidad está en paro, en Down Toledo de las 40 que buscan un empleo alrededor de 20 están trabajando, una cifra que da cuenta de la labor por la integración que lleva a cabo el colectivo.
Por otro lado, en este afán por su integración, para la asociación también son muy importantes las actividades culturales y sociales. Clubes de lectura, baloncesto, natación, gimnasia rítmica, excursiones, teatro y pintura forman parte de un ocio al que no hace mucho que se incorporó la iniciativa «Toledanos por la provincia», en la que alguno de los socios organiza una visita a su pueblo para mostrar su historia, sus costumbres…
Padres que se han ido formando para formar a sus hijos
Mucho ha cambiado la mirada que la sociedad tiene hacia la discapacidad en los últimos 30 años. Cuando surgió Down Toledo ningún niño con este síndrome iba al colegio. Hoy su integración está totalmente normalizada. Además, «ahora los padres están más formados y asumen con menos tragedia tener un hijo con Down», comentaba Trinidad Escobar, quien apuntaba que «muchos padres se han ido formando para ir un paso por delante de sus hijos e ir ayudándoles».