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viernes, 22 de noviembre de 2024
Noelia Martín. enfermería
Noelia Martín, enfermera y vicedecana de la Facultad de Enfermería de la UCLM en Toledo.
II Jornada "Soy Mujer " (10) 27/03/2019marzo 28th, 2019

Ni donde históricamente ha habido una mayoría de mujeres, en el cuidado de los enfermos, se han producido situaciones de igualdad. Así lo explicó Noelia Martín, enfermera y vicedecana de la Facultad de Enfermería de Toledo, quien durante su ponencia en la II Jornada «Soy Mujer», que organizó encastillalamancha.es el pasado 14 de marzo en el Campus de la UCLM en Toledo, hizo un repaso histórico de una profesión «eminentemente» femenina. Pero casi nunca lo han tenido fácil las mujeres para ser valoradas en el cuidado a las personas que tienen problemas de salud.

De hecho, hasta bien entrada la democracia no lograron tener los mismo derechos con respecto a otras titulaciones universitarias. A pesar de que en los primeros compases posfranquistas ya lograron una diplomatura, sin embargo no fue suficiente para poder aspirar a los doctorados.

Pero antes de llegar a este punto, Martín repasó los inicios de la profesión, hace más de 100 años. Entonces se encomendaba el cuidado de los enfermos a las mujeres por creencias hacia su «devoción y capacidad de sacrificio por los demás«, explicó la profesora, «pero es interesante ver la evolución de estos 100 años porque se ha pasado de centros asistenciales con cuidadoras que eran religiosas, que se basaban sobretodo en los preceptos de la caridad cristiana, hasta llegar a una enfermería», ha indicado.


Luego comenzaron las titulaciones vinculadas al cuidado de los enfermos, pero sin estar todavía en la universidad. Las primeras fueron a finales del siglo XIX con las «matronas y los practicantes de medicina». Los segundos solo fueron hombres hasta 1904. «Dos profesiones con competencias parecidas con género distinto», indicó Martín. Además, los hombres no veían a las mujeres capaces de hacer el trabajo que ellos hacía, en machismo demasiado patente, según expresó la profesora: «Desde su visión antropocéntrica de los practicantes no veían a las mujeres capaces de resolver los problemas de una manera cualificada».

«La profesión de los practicantes de medicina fue exclusivamente para hombres hasta el año 1904 hasta que una ley admitió a las mujeres. Las mujeres que estudiaron esta carrera fue también en una proporción mucho menor que los hombres» explicó la profesora de la UCLM.

Dos profesiones que se unifican… pero sigue la discriminación: ellas aprendían tareas del hogar y ellos sobre autopsias

En los años 50 se unificaron estas profesiones y pasaron a ser ATS (Ayudantes Técnicos Sanitarios). Se segregó la educación por género, imponiendo solo a las mujeres cuestiones como estar internas, estudiar una hora semanal sobre tareas domésticas «mientras que ellos estudiaban autopsia médico legal», explicó

«Todo estaba muy relacionado con el ideario franquista sobre la mujer, donde sus cualidades eran la misión, la vocación y la subordinación al hombre», lamentó la vicedecana. «Muchas escuelas de ATS estaban gestionadas por la Sección Femenina, la rama femenina de la Falange Española», añadió.

La importancia del liderazgo de la mujer

En 1977 la enfermería llega a la universidad, momento en el que se planteó la Diplomatura Universitaria en Enfermería. Pero como se decía, desde ella no se podía ni ser doctor, hacía falta una licenciatura.

Esto se ha logrado con la implementación del Grado en Enfermería, pero todavía hay muchos retos por delante tal y como plantea Noelia Martín. «Necesitamos mayor inversión económica para desarrollar más prácticas innovadoras y prevenir con ello riesgos en la salud», y además también ha incidido en que también se tiene que seguir trabajando en el liderazgo de la mujer en este sector.

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