El refranero popular a veces tiene demasiada razón. Por desgracia en alguno caso. «Más vale una imagen que mil palabras», recoge el dicho, pero no le falta razón cuando uno ve este vídeo de la confluencia del río Tajo con el Jarama, en el término municipal de Aranjuez, en Madrid, muy cerca de una nueva entrada del Tajo en Castilla-La Mancha. Este vídeo a vista de pájaro ha sido realizado por Audiovisuales Doce Calles.
En él se puede apreciar como llega un río Tajo con un escasísimo caudal para unirse con el que supuestamente es su afluente, aunque su caudal sea varias veces más abundante. Pero ese no es el problema. Cuando los río pasan a ser solo uno se puede ver como el agua cristalina del Tajo se mezcla con las oscuras aguas residuales que vienen en el Jarama, después de haber evacuado los residuos de la comunidad más densamente poblada del país: Madrid, que tiene más de 6,5 millones de habitantes.
Lo que muestra el vídeo es una evidencia más de una cuestión sobre la que también se ha pronunciado el Tribunal Supremo, anulando algunos puntos del Plan Hidrográfico del Tajo por no garantizar caudales ecológicos en Aranjuez, Toledo y Talavera. Solo hace falta mirar las proporciones del Jarama y el Tajo y contrastar el color de sus aguas para pensar que algo no marcha bien en el río más largo de la Península Ibérica, pero también uno de los más castigados por los efectos de las acciones del hombre.
La diferencia de caudal y la suciedad que viene por el río Jarama no solo se pueden comprobar a vista de dron, es que también se ve, ¡desde el satélite!
Sobre la diferencia de color también hay que apuntar que este puede variar en función de la procedencia de ese caudal, aunque difícilmente ese azul y ese negro sean producto de los manantiales donde nacen ríos y afluentes.