El cerro de San Antón y la cueva del polvorín se han transformado en un auténtico Belén viviente. Más de 120 personas ataviadas con trajes de la época, como artesanos, pastores, ángeles, Reyes Magos y el propio niño Jesús, que era un bebe de la localidad, han dado vida a todo un pueblo.
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Se ha contado con la colaboración de numerosas personas y asociaciones que se han sumado a este Belén viviente, “primero de estas características en nuestra región”, la asociación de coros y danzas, la hosteleria y el grupo de música.
La Coordinadora Interparroquial de jóvenes de Alcazar de San Juan (Ciudad Real) ha sido la autora de esta iniciativa en colaboración con el ayuntamiento.
El alcalde, Diego Ortega, destacaba que “daba gusto ver el cerro lleno de gente y hacerlo de una manera tan tradicional como es este Belén viviente para contribuir con el signo solidario diocesano en los proyectos Siloé y Casa Abraham de Ciudad Real y Daimiel, por lo que felicito a los organizadores y participantes por esta iniciativa».
Maria Jesús Pelayo, primer teniente de alcalde y presidenta del patronato de Cultura, recalcó que lo mas importante “es que grupos de jóvenes y asociaciones han dedicado parte de su tiempo para estar presentes aquí y representar este fantástico Belén. Es la primera vez que se hace, pero auguramos un gran futuro».
Jesús Vela, miembro de la organización, explicó que la idea partió al ver unas dramatizaciones bíblicas en Almagro y vieron la posibilidad de hacer algo en Alcázar recogiendo además la petición de Antonio Algora, obispo de Ciudad Real, para contar con un signo solidario permanente que se aplicara a Caritas Siloé de Ciudad Real y a la Casa de Ayuda al Transeúnte de Daimiel.