Un año más, la ciudadanía se ha despertado el 1 de enero con un inicio de año en el que suben los precios de casi todo.
Pero este encarecimiento de la vida es más grave en esta ocasión que en otras anteriores, porque se suma a la congelación de salarios y la pérdida de la paga extra de diciembre que ya han sufrido tres millones de empleados públicos, a muchas pensiones revalorizadas menos de lo que se debería, a la difícil situación de casi seis millones de personas en el paro -de ellas, 800.000 se han quedado sin trabajo en el primer año de mandato de Mariano Rajoy-, a la tragedia que viven quienes han perdido su vivienda porque no han podido pagar la hipoteca al banco pero mantienen la deuda con la entidad que les concedió el crédito, a la reducción de salarios que han tenido que aceptar los trabajadores de miles de empresas favorecidas escandalosamente por la reforma laboral que aprobó el Gobierno del PP, al pago de un euro por cada receta médica en Madrid y Cataluña… Y podríamos seguir.
Por si eso fuera poco, a ese encarecimiento de la vida hay que sumar este año la subida de los impuestos. Sirva como ejemplo que por comprar una vivienda nueva se pagará el 10 por 100 de IVA en vez del 4 por 100 vigente el año pasado y, además, ya no se puede desgravar nada en esa adquisición.
2013 SERÁ MUY DURO
Con este penoso panorama, el presidente del Gobierno ha hecho balance de su primer año de mandato y ha pedido a la ciudadanía «comprensión y solidaridad», porque dice que es consciente de la dureza de las medidas que ha tenido que aprobar desde que llegó a La Moncloa -incumpliendo lo que prometió en su programa electoral- pero que todas eran necesarias. Y vaticina un primer semestre de 2013 todavía muy duro y una cierta recuperación, que no ha explicado, a partir del próximo verano.
Lo que no es un vaticinio no concretado como ese, sino una realidad es que desde el recién estrenado 1 de enero los ciudadanos tenemos menos poder adquisitivo que en 2012, y eso que ya había caído bastante. Una simple enumeración no completa de la subida de precios que ya padecemos, la mayoría en servicios básicos para la vida diaria, produce escalofríos: ha subido un 3 por 100 el recibo de la luz, pero puede incrementarse hasta un 8 por 100 dependiendo de lo que se consuma; también sube el precio de los billetes de tren -excepto los del AVE-, los autobuses urbanos en muchas ciudades, los interurbanos y los viajes en avión; es más caro el peaje en las autopistas, el gasóleo y la gasolina, etc., etc., etc.
UNA CUESTA DE ENERO DEMASIADO EMPINADA
Frente a esa escalada de precios, que hacen esta cuesta de enero más empinada que las de años anteriores, el salario mínimo interprofesional se ha incrementado sólo en un 0,6 por 100 y éste es el porcentaje de subida salarias que negociaron la patronal y los sindicatos para este año; sin olvidar que muchas empresas no sólo no están subiendo los sueldos sino bajándolos considerablemente bajo la amenaza de que si no lo hacen tendrán que llevar a cabo despidos.
Con subidas de precios como las citadas y con recortes como los que ha aprobado el Gobierno, es probable que España casi llegue a cumplir el objetivo del déficit público que nos ha impuesto la Unión Europea y lo supere sólo en unas décimas; y es posible, también, que nuestro país gane en competitividad. Pero ambas cosas se producen a costa de la ciudadanía, que ve cómo mengua cada día su poder adquisitivo y cómo los precios no se contienen, a pesar de que los salarios bajan. Mal negocio para el sufrido consumidor. ¿Hasta cuando aguantará?
Y EN CASTILLA-LA MANCHA…
María Dolores de Cospedal ha dicho en Onda Cero que 2013 va a ser «un año de puente para empezar a volver a crear empleo». Ojalá no se equivoque la presidenta regional, pero los datos no le dan la razón.
Esta región supera la media de paro de España y, lo que es peor, sigue aumentando. Su segunda ciudad por número de habitantes, Talavera de la Reina, ha alcanzado cifras de desempleo alarmantes debido al desplome de la construcción y al hundimiento de las ventas del comercio.