Primero mire la foto y luego pregúntese si ha lugar la comparación.
Aunque lo cierto es que sea sí o no su respuesta, ya hay un buen número de castellano-manchegos que ya han llegado a esa conclusión. Entre otros los funcionarios de la Consejería de Agricultura, los habitantes de Belvís de la Jara y los de los pueblos limítrofes de esta preciosa comarca de la provincia de Toledo.
El edificio que ven en la imagen se corresponde ni más ni menos que con las instalaciones de la Oficina Comarcal Agraria de Belvís de la Jara, una más de la red de OCAs que la Consejería de Agricultura y fue realizado por la empresa Tragsa en 2007.
Desde entonces quienes conocen las dependencias o las usan dedicidieron bautizarla con el mismo nombre del mecenas judío que dio nombre a los museos del mismo nombre que existen en Bilbao o Nueva York. El arquitecto del «Guggenheim» belviseño es Manuel Foncesa Gallego.
El origen de la broma está en su acabado metálico, que obviamente, no es titanio. Su arquitecto lo define como «una edificación singular comprometida con los objetivos de una instalación de carácter público». Y también afirma en su página web que «de este modo se reinterpreta la arquitectura de las pequeñas viviendas con cubierta inclinada y la edificación de tapias a través de cajas ligeras de envolventes metálicas que son abrazadas por un muro de hormigón que las protege de la orientación oeste y que las muestra al resto de la localidad generando así una fachada abierta a la vez que protegida, en un tratamiento semipermeable».
Esta Oficina Comarcal Agraria está atendida por siete personas y presta servicio a 13 municipios de la comarca jareña, donde el censo de ganaderos refleja a 500 personas, además de 2.500 agricultores. Hace unos meses se vio envuelta en cierta polémica, ya que su alcalde, José Luis Fernández, dio a conocer sus sospechas de que la Junta pretendía cerrar la OCA de Belvís, lo que provocaba importantes perjuicios para el municipio y la comarca.
Si van a Belvís a ver el «Guggheim» local se van a encontar con un pequeño municipio de menos de 2.000 habitantes de la comara de la la Jara. También podrán ver restos del Castillo romano-visigodo de Canturias, su Iglesia de San Andrés Apóstol, de estilo mudéjar, o la Ermita del Saucejo. Las primeras casas constuídas en el muncipio son del siglo XIV y su hijo más ilustre es el historiador Fernando Jiménez de Gregorio.