Primero fue la sorpresa y luego el cocido. En días diferentes, claro. ¿Qué se encontró un buen día de estas fechas navideñas en su despacho el director de Comunicación de las Cortes de Castilla-La Mancha, Eugenio Vicente, y convirtió su redonda cara en un sonrisa permanente? ¡Un tanga negro con forma de cara de elefante y con una considerable trompa! ¡Toma ya! Además de unas esposas y unas espuelas, para formar el kit erótico más comentado que se haya podido ver en el convento de San Gil, sede del Parlamento regional, de los últimos tiempos.
¿Y quién fue la autora del citado regalo? Pues nada menos que Manoli, la camarera de la cafetería, una persona que durante los años que lleva trabajando allí se ha ganado el respeto y el cariño de todos cuantos van a tomar algo por su magnífico talante, su amabilidad y su buen hacer. ¡Y eso que aguantar a políticos y periodistas no es tarea fácil!
UN COCIDO, UN CHISTOSO Y CUATRO CANTARINES
Días más tarde llegó la comida navideña del Grupo Parlamentario Popular, el jueves 22, en Venta de Aires. Un cocido que pagaron a escote, cada uno lo suyo, y en el que se gastaron 16 euros. Faltó, porque tenía otros compromisos, la presidenta, María Dolores de Cospedal, pero el resto acudieron prestos a la cita. Sin pasarse, claro, porque después había Pleno en las Cortes.
Además de comentar las últimas novedades de la política nacional y regional, uno de los más animados fue Francisco Gil Ortega, quien fuera alcalde de Ciudad Real antes que Rosa Romero; quien se marcó algunos de los mejores chistes del almuerzo. Y entre las más cantarinas, la vicepresidenta primera Mamen Casero y la secretaria primera Cesárea Arnedo; acompañadas por el también diputado José Manuel Tortosa y otros valientes que entonaron algún que otro villancico. O al menos lo intentaron, porque el resultado…
Pues eso, que ¡feliz Navidad!