Lo único que quieren los conquenses José Miguel Rodríguez y Juan Bustamante Jiménez es recuperarse del «gran daño» físico y psicológico que la delincuencia les causó cuando el pasado 7 de enero los capturó en el estado de Michoacán, suroeste de México, dijo hoy a Efe la esposa de uno de ellos.
Ambos, primos de sangre y a la vez concuñados, pues sus esposas son hermanas, se encuentran ahora en el Hospital Español de Ciudad de México, donde ayer fueron trasladados desde un nosocomio del central estado de Guanajuato.
«Ustedes que viven en México saben que está difícil la situación (de inseguridad y violencia) y les aseguro que desconocemos cómo y por qué ocurrió esta situación que nos ha hecho mucho daño. Ahora, nos da miedo hablar pero les aseguro que ni somos traficantes ni tenemos dinero», aseguró en entrevista a Efe Carolina, esposa de José Miguel, con quien tiene tres hijos.
Carolina, visiblemente fatigada y con un vestido negro, asegura que aún no pasa «esta pesadilla» pues además de que su familia se encuentra «devastada», ahora es señalada, por suposiciones de la prensa, como gente deshonesta o poderosamente rica.
«Queremos que los mexicanos y los españoles sepan que es una mentira que tenemos dinero o que somos personas malas o traficantes; no tenemos nada más que nuestro trabajo», afirma, mientras se sostiene en la puerta de la habitación de hospital donde son atendidos su esposo y su cuñado.
«Somos migrantes españoles en México que vinimos a ganarnos la vida, como los mexicanos lo hacen por necesidad (al emigrar) a Estados Unidos. Tengo mi FM2 (forma migratoria regular); somos gente trabajadora que pagamos impuestos y lo podemos demostrar», añadió.
De acuerdo con las primeras investigaciones policiales, los dos hombres, originarios de Cuenca, «sufrieron un intento de secuestro» cerca de un centro comercial en Morelia, capital de Michoacán, versión que Carolina confirma aunque prefiere no abundar «de momento».
«Lo que queremos de momento es salir de esto; nos han hecho mucho daño y ahora queremos vivir un poco tranquilos», insistió al agradecer el apoyo de las autoridades españolas y mexicanas, ya que «sin ellas no hubiéramos podido hacer nada pues nos hemos quedado sin nada y sin dinero».
Carolina dijo no saber aún si una vez que se recuperen su esposo y su cuñado regresen a su país, debido a la crisis por la que atraviesa España.
«Nosotros salimos hace tiempo de España para vivir en un lugar mejor y poderles ofrecer con nuestro esfuerzo y trabajo un bistec a nuestros hijos. Ahora, te mueres de hambre en España», argumentó Carolina, y explicó que por esa misma situación emigraron su hermana Marisa y su cuñado, Juan.
«Nunca habíamos vivido ninguna situación desagradable y lamentablemente justo ahora que apenas llegaron mi hermana y cuñado nos pasa esto, y con ellos», exclamó.
El domingo, las autoridades mexicanas confirmaron que los dos españoles habían sido hallados vivos, aunque heridos.
El pasado 7 de enero ambos estaban en el norte de Morelia comerciando con ropa y otra mercancía cuando «sufrieron un intento de secuestro», según los primeros datos recabados por las autoridades.
Una fuente de la Fiscalía del central estado de Guanajuato dijo a Efe que el sábado ambos fueron encontrados golpeados en el poblado de Cuamio, en Michoacán, y trasladados al Hospital Regional de Uriangato, en Guanajuato.
Ayer por la tarde fueron trasladados al Hospital Español de la capital mexicana. Carolina dijo a Efe que aún no sabe cuándo serán dados de alta.
En relación con el caso, abierto por el delito de «privación ilegal de libertad» en Michoacán, las investigaciones han sido trasladadas a la Fiscalía de Guanajuato, que le dará seguimiento en los próximos días, según fuentes del organismo.