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viernes, 22 de noviembre de 2024
Fotografía antigua de la procesión del Corpus en Toledo. Foto - Santiago Relanzón Almazán
Una fiesta religiosa con siete siglos de historia - 12 junio 2019

Desde sus orígenes, hace alrededor de 700 años, la ciudad de Toledo viene celebrando de manera ininterrumpida -fiel a su cita- el Corpus Christi, siete siglos en los que ha ido ganando identidad propia hasta convertirse actualmente en la semana grande de la capital.

Un artículo de Moisés Carrasco -que toma como fuente el libro «El Corpus. Fiesta Grande de Toledo», de Juan Estanislao López, y que ha sido publicado en el programa oficial del Corpus de este año- cuenta algunas curiosidades y anécdotas que han acompañado a esta Fiesta de Interés Turístico Internacional.


Entre los apuntes históricos que aporta, relata que fue en el año 1280 cuando nació la fiesta del Corpus en Toledo. Más tarde, en 1426 se empezó a celebrar el recorrido procesional, partiendo de la puerta del Perdón de la Catedral con dirección a la plaza de las Verduras, y terminando en la puerta del Reloj después de rodear los muros del templo primado.

Con el tiempo el itinerario fue ampliándose hasta que en 1511 se modificó. La causa fueron los malos olores y suciedad que había en algunas calles, un cambio que no sentó bien a los toledanos, que incluso pidieron ayuda a Fernando el Católico para volver al recorrido inicial.

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Era una época en la que la Custodia no salía en carroza, sino que era portada a hombros por 18 sacerdotes. No fue hasta 1775 cuando comenzó a usarse la carroza. El Ayuntamiento aprovechaba los días previos a la procesión para adecentar las vías públicas y tapar los hoyos. Tales arreglos de la calzada no eran suficientes y, para que no sufriera la Custodia, también se arenaban las calles, algo que se continuó haciendo hasta mediados del siglo XX, hasta que se adoquinaron.

Este desembolso que hacía el Consistorio en la mejora de las vías públicas para el Corpus, junto con la colocación de los toldos, era uno de los mayores gastos que hacía a lo largo del año.

La llegada de los franceses, la incorporación de la mujer a la procesión…

Debido a la llegada de las tropas francesas a la ciudad en 1808, el cardenal Luis María de Borbón se llevó consigo -primero a Sevilla y luego a Cádiz- la Custodia de Arfe, siendo encomendado su cuidado al Batallón de Estudiantes de la Universidad de Toledo. Era la primera vez que esta gran obra de arte salía de la ciudad. Más tarde lo volvió a hacer en 1936, por la Guerra Civil; en 1952, para viajar a Barcelona, al Congreso Internacional Eucarístico; en 1992 para acudir a la Expo de Sevilla; y en 2011 para estar en las Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebraron en Madrid.

Con el cardenal Marcelo González como arzobispo primado de Toledo (1971-1994) las mujeres salieron por primera vez en el cortejo, toda una novedad para una fiesta religiosa protagonizada durante siglos únicamente por hombres.

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