Estudiar en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) cuesta este curso un 20,3 por 100 más que el anterior, 3,6 puntos por encima de la media nacional, que se sitúa en el 16,7 por 100, según los «Datos y cifras del sistema universitario español» dados a conocer por el secretario general de Universidades, Federico Morán.
Así, los precios públicos medios de matriculación en grado en la Universidad por comunidades autónomas ha crecido este curso 2012-13 una media del 16,7 por 100 respecto al anterior y son Cataluña, Canarias, Castilla y León y Madrid las autonomías donde mayor hasido el incremento. Así lo ha anunciado el secretario general de Universidades en la presentación de los «Datos y cifras del sistema universitario español. Curso 2012-13», donde ha destacado que cada comunidad puede elegir legalmente qué parte del coste por estudiar en la universidad se aplica a los estudiantes.
«Como Ministerio no podemos hacer valoración» del precio que aplica cada comunidad, ha subrayado Morán, ya que, según ha explicado, el decreto 14/2012 ofrece un margen de entre el 15 y el 25 por 100 a las comunidades para que opten por el dinero que tiene que cubrir el alumno. «Es obvio» que los mismos estudios cuestan más a un alumno en una autonomía que en otra, pero «también cuesta una cerveza o un hotel más en unas comunidades que en otras», ha dicho.
Por contra, la tasa media de precios más baja ha sido del 0 por 100 en Galicia y Asturias y del 1,9 por 100 en Extremadura. Según los datos ofrecidos, un crédito en grado cuesta de media este curso 33,5 euros en Cataluña, 25,2 euros en Madrid y 22,8 euro sen Castilla y León, precios que se elevan en las siguientes matrículas. Por ejemplo, la segunda matrícula de grado sube hasta 45,4 euros por crédito en Madrid y 40,2 euros en Cataluña, comunidades en las que el crédito para la cuarta matrícula cuesta 113,5 euros y 120 euros, respectivamente.
El aumento de precios de los créditos en la Universidad conseguirá, según Morán, «una racionalización del sistema» y que, por ejemplo, los 100 alumnos que pueden estar en la lista de una clase acudan a ella y no solo la tercera o cuarta parte de ellos como ocurre ahora, aunque quizá también conlleve una prolongación del tiempo que los estudiantes cursan sus estudios universitarios. «Habrá más racionalización del sistema en su conjunto» y ello es «un efecto positivo», ha añadido.