La Policía Nacional ha detenido a nueve personas, dos de ellas en Toledo, e investigado a otras cuatro por intercambiar imágenes de abusos sexuales a menores a través en un chat anónimo, secreto, al que se accedía con contraseña y que eliminaba todo su contenido una vez que los usuarios decidían darse de baja del mismo.
Un total de 13 personas, según informa la Dirección General de la Policía, habían compartido en esta aplicación archivos ilícitos. De ellas, nueve han sido detenidas en Madrid, Toledo, Zaragoza, Sevilla, Segovia, Tenerife, Mérida, Soria, Barcelona y La Coruña.
En la ciudad gallega fue arrestado un hombre que se hacía llamar «el amo», pues es el que presuntamente habría creado este canal secreto con el nombre de «perversión» para enviar y recibir ese tipo de archivos.
El resto de detenidos tenía perfiles muy distintos: dos militares (Zaragoza y Madrid), un informático en Mérida que tenía más de 2.000 archivos relacionados con material sexual de niñas preadolescentes o un matrimonio de Sevilla, uno de cuyos miembros se desmayó dos veces durante el registro.
En Toledo, la Policía ha detenido a dos hombres de 31 años: un parado y un comercial que intercambiaban material pedófilo de niñas muy jóvenes a través de diferentes aplicaciones de mensajería.
Otro arrestado, un encargado de almacén de Segovia de 52 años apuntaba a mano las web pedófilas que visitaba para no dejar rastro en Internet, pero el último de ellos, en Paracuellos del Jarama (Madrid) ha sido el más difícil por las «extraordinarias» medidas de seguridad que tomaba.
Las pesquisas han llevado dos años, durante los cuales los agentes especializados de la Policía Nacional agruparon diversa información sobre el uso de esta aplicación.
Se trata en concreto de una «app» que ofrece servicios de chat anónimos, cifrados y desechables que permite crear “salas» a las que se puede acceder con contraseña, o sin ella bajo invitación, y cuyo contenido se destruye cuando los usuarios abandonan la conversación.
La Policía asegura que los investigados se aprovechaban de las ventajas que ofrecen estos servicios para compartir e intercambiar pornografía infantil al tiempo que pasaban desapercibidos.
La dificultad de la investigación radica en que el chat no solicita ningún dato de registro para acceder a sus servicios. Por ello, los agentes tuvieron que analizar los diferentes «nicks» utilizados, así como el tipo de imágenes distribuidas, las salas en las que se reunían y las características de los archivos compartidos.
Con los datos obtenidos de este análisis, y el apoyo de un software específico, consiguieron agrupar información relativa a 13 personas que, presuntamente, habrían compartido archivos ilícitos.
La Policía recuerda que cuenta con una dirección de correo electrónico (denuncias.pornografía.infantil@policía.es), a través de la cual cualquier ciudadano puede poner en conocimiento de unidades especializadas, siempre de forma anónima, los hechos o situaciones presuntamente delictivas relacionadas con páginas web, publicaciones o cualquier situación que ponga en peligro al menor en el uso de las nuevas tecnologías.