En nuestro país, existen territorios únicos, llenos de encanto, con mucho por descubrir. Es el caso de la comarca de La Manchuela, comprendida entre las provincias de Albacete y Cuenca.
Enmarcada entre los valles de los emblemáticos ríos Júcar y Cabriel, en esta tierra confluyen las características perfectas para la viña.
Aquí se ubica la Denominación de Origen Manchuela, que cuenta con 38 bodegas asociadas, que cuida con esmero que el excelso vino producido en esta tierra posea las mejores herramientas para proyectar su bondad internacionalmente.
Un amplio estudio ha determinado la nueva estrategia
Desde la Denominación de Origen Manchuela, se ha procedido a realizar un análisis en profundidad de aquellos aspectos clave que definen su rumbo.
En él, se han determinado cinco variables estratégicas que definen el valor de lo autóctono en este territorio único.
Dichas variables son historia, tierra, clima, tradición y tecnología y variedades autóctonas.
Estos elementos generan unas condiciones específicas en el lugar, teniendo una enorme influencia en un excelso resultado final: un vino de alta calidad.
La historia nos dice que existen evidencias vitivinícolas en la zona desde hace más de 2.400 años, habiéndose transmitido el saber hacer de generación a generación hasta nuestros días. Todo ello ha dado lugar a una preciada cultura del vino.
La tierra permanece influenciada por las características únicas de este espacio delimitado y mimado por el Júcar y el Cabriel, que favorecen unas ideales condiciones del terreno para dar a luz un vino sorprendente.
Un particular clima aporta a la uva una evolución extraordinaria. Sol, escasez de humedad y una singular fusión continental y mediterránea, con el viento solano, favorecen el carácter ecológico del vino.
Todo el encanto y el saber hacer de la tradición de cientos de años se combina a la perfección con avanzadas técnicas de elaboración y control de calidad de nuestro singular vino.
En cuanto a las variedades destaca la Bobal como uva autóctona emblema de su vino.
Un espectacular vídeo narra todo este desarrollo. Os invitamos a visualizarlo en el Canal Youtube de la Denominación de Origen Manchuela,:
La identidad visual refleja las cinco variables estratégicas
Su imagotipo, tiene la forma de la hoja de la planta de su variedad autóctona por excelencia, la uva Bobal.
En su interior, se construyen cinco flechas, que finalizan en otras tantas puntas de la forma de la hoja de forma sutil.
Al centro, en negativo, se muestra un punto de partida que refleja al propio territorio, que es el origen de todo.
En la zona superior, una M corona este símbolo, representando la primera inicial de Manchuela.
Por último, su color verde es un guiño al carácter ecológico y natural.
Como aspecto llamativo, las botellas del vino genérico de la última añada que representa a las 38 bodegas asociadas cuentan como etiqueta con la silueta del mapa del territorio.
La identidad verbal busca la diferenciación con un concepto que busca la pertenencia
Su nuevo lema, “vino de influencia”, es la síntesis de los principales factores que hacen de este territorio un espacio natural único, capaz de crear un vino memorable.
Este concepto proyecta las bondades de un singular vino, que nace de manera privilegiada gracias a la influencia de las cinco variables estratégicas y que a su vez busca provocar influencia positiva en los consumidores.
También puedes consultar más información de la D.O. Manchuela a través de su página web, y de sus redes sociales, Facebook e Instagram.