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viernes, 22 de noviembre de 2024
Nunca pensé en matar a nadie, en el único que pensaba quitarme la vida era yo".
Imagen del juicio.
Los hechos ocurrieron en 2016 - 09 julio 2019 - Ciudad Real

El hombre de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) -identificado como A.C.S.-, acusado de matar al director de una sucursal bancaria de La Solana así como de intentar matar a una empleada y amenazar a una tercera trabajadora en noviembre de 2016, ha asegurado este lunes que el día de los hechos cogió la escopeta para quitarse la vida a sí mismo.

«Nunca pensé en matar a nadie, en el único que pensaba quitarme la vida era yo», ha manifestado el acusado ante la sala en el que está siendo juzgado por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, en una declaración caracterizada por lo parco en palabras y por respuestas concisas pero evasivas.


Ha alegado que al enterarse que el dinero del préstamo que le habían concedido y había firmado un par de días antes de los hechos estaba retenido, aunque su contable le dijo que lo estaba solucionando, decidió ir a su casa a por la escopeta y conducir hasta un terreno que tenía y «quitarse de en medio«, porque pensaban que le habían engañado. «Se me pasaban toda clase de cosas por la cabeza«, ha explicado, pero luego reflexionaba y se daba cuenta que eso no era como había creído en un primer momento.

«Nunca voy a entender por qué hice aquello»

Sin embargo, ha explicado que cambió de opinión y decidió ir a La Solana a hablar con el director y la empleada de la sucursal que le habían tramitado el préstamo. Ha asegurado que nunca fue con intención de hacer lo que hizo y que no entiende lo que pasó. «Nunca voy a entender por qué hice aquello» ha declarado.

El acusado ha admitido lagunas sobre lo ocurrido desde el trayecto de unos 30 kilómetros que separan La Solana de Villanueva de los Infantes y lo ocurrido dentro del banco donde sucedieron los hechos. «Estaba totalmente trastornado«, ha añadido. Pero ha dejado claro que en ningún momento amenazó a nadie y mucho menos con el arma, y que sólo pidió hablar con el director y no intentó matar a la empleada.

«No tenía nada con ese hombre», ha afirmado en referencia al director del banco, y tampoco con la empleada a la que supuestamente intentó matar, a pesar de que asegura que le «marearon mucho» con los trámites de la hipoteca.

Ha negado haber gritado «te mato, te mato» y ha recordado cómo el director se levantó de la silla y le dijo que estaba todo solucionado. Además ha contado que no recuerda si se volvió a sentar y que no sabe a qué distancia estaba exactamente cuando realizó el primer disparo ni que se acercara para el segundo. «Conscientemente no hice nada. Tire sin saber lo que hacía», ha añadido.

Continuamente ha aludido a que arrastraba problemas mentales desde meses previos a los hechos y que incluso había acudido a varios médicos ya que notaba que se le olvidaba cómo hacer las facturas, o haber estado con clientes a los que había visitado. Uno de esos médicos, ha detallado, le diagnosticó «una depresión muy grande» pero no le mandaron ninguna medicación.

El acusado ha achacado su supuesto trastorno mental al estrés que le supuso la separación de un negocio anterior que tenía a medias con un primo suyo y a estar solo al frente de todo el trabajo. Ha asegurado que no tenía problemas financieros y que el préstamo lo había pedido para ampliar el negocio y contratar a más gente. También ha reconocido ante la sala el arma del crimen como suya, y ha comentado que es cazador desde los 16 años.

«Me vi muerta»

Un relato de los hechos que ha contrastado con lo contado por la empleada a la que presuntamente A.S.C intentó matar tras acabar con la vida del director de la sucursal de La Solana. «No me disparó porque no pudo, pero me vi muerta» ha asegurado ante la sala, tras manifestar que no se encontraba cómoda con el acusado tan cerca de ella.

Ha narrado unas circunstancias muy distintas llenas de amenazas y peticiones de explicaciones por parte del acusado desde que entró por las puertas de la sucursal aquel miércoles de noviembre de 2016. También ha contado que el acusado era cliente de la oficina y que lo había visto bastantes veces. Lo había conocido en Villanueva de los Infantes una año y pico antes de los hechos cuando solicitó financiación con el banco.

Asimismo, la empleada ha confirmado que se le concedió un préstamo sobre su nave para el inicio de un negocio tras partir uno anterior del que era socio y que pasados unos meses les comentó que necesitaba más y que les propuso ampliar la hipoteca porque quería hacer varias inversiones.

El día de los hechos, ha manifestado que le llamó el contable del acusado comentándole que este estaba «muy enfadado» porque el dinero del préstamo no se podía coger, y que le pasó el teléfono al director. No supo más del tema hasta que unas horas después, cuando estaba atendiendo una llamada, vio al acusado que entraba por la puerta. En un primer momento, ha alegado que no vio el arma, pero seguidamente se dio cuenta que le estaba apuntando con una escopeta y le dijo que colgara el teléfono y que se pasara al despacho del director.

En este trayecto ha manifestado que le apuntaba con el arma y que fue cuando su compañera intentó tranquilizar al acusado, momento en el que este la amenazó diciendo: «De aquí no sale nadie«.

Cuando entraron en el despacho, el director estaba con un cliente que se pudo escabullir al ver que entraba apuntando con la escopeta le dijo «venga baja eso que se está asustando», en referencia a la empleada, y el acusado le contestó que ambos le habían engañado.

Ha continuado su relato explicando que cuando el director se sentó a intentar mostrarle en el ordenador la cuenta es cuando el acusado le dio el primer tiro, a lo que le dijo «¿pero qué haces?» y sin dejarle dar más explicaciones se acercó más y le dio el segundo tiro.

«Estaba como un cazador buscando a su presa»

La empleada, cuando presenció esta escena, ha contado que reaccionó tirándose al suelo y escondiéndose debajo de la mesa, moviéndose continuamente para que no le alcanzara con un tiro ya que estuvo intentando encañonarla. «Era como un cazador buscando su presa«.

La mujer ha asegurado que escuchó un ruido que provenía de la escopeta y que vio más cartuchos. Que se abrazó al director que ya no hablaba porque se estaba desangrando y que le gritaba al acusado que no le disparara «por sus hijos».

Finalmente ha contado que cuando el acusado se fue del despacho salió corriendo a cerrar la puerta aunque aquel le miró por la cristalera y le volvió a apuntar con el arma. Igualmente, ha aludido a los problemas psicológicos que arrastra desde esta experiencia por la que aún necesita de tratamiento.

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