El alpinista conquense Pedro Cifuentes no para de plantearse nuevos retos y culminarlos. El último ha sido escalar el pico Jungfrau, en Suiza, de 4.158 metros, que, junto al Mönch y al Eiguer, conforman el macizo montañoso que lleva el nombre del primero. Estos tres picos se hallan en Lauterbrunnen, una comuna del cantón de Berna.
Cifuentes asistió primeramente a la Feria de Montaña de Munich y, para «amortizar el viaje», acabó en Suiza para acometer dicho reto. Cifuentes ya había coronado antes el Mönch. Tras domeñar el Jungfrau le quedaba por acometer el Eiguer, proyecto que intentó, pero esta vez sin éxito por las malas condiciones climatológicas. No en vano, como comentó él mismo, Eiguer significa «ogro«. «¡Me queda el ogro!», comenta el alpinista, quien relata una leyenda: «Pusieron al Mönch (‘monje’) entre el Eiguer (‘ogro’) y el Jungfrau (‘virgen’ o ‘doncella’) para que no le ocurriese nada a esta última».
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Para saltar en traje con alas hacen falta 200 saltos desde un avión[/ze_summary]
Cifuentes escaló el Jungfrau junto a un amigo, quien desde lo alto se tiró en traje con alas, un salto con éxito que se puede ver en el vídeo que se adjunta en este reportaje. El amigo no es escalador y Cifuentes no salta, ya que explica que para hacerlo hace falta mucha preparación y por tanto tiempo que él, que trabaja de bombero en el Ayuntamiento de Madrid, no tiene.
El alpinista conquense explica que para poder saltar hay que tener acreditados 200 saltos desde un avión. Y es una práctica con un gran riesgo. Se suceden últimamente la muertes, y es que cuando acontece un fallo… suele ser fatal. Sobre el salto del amigo, el montañero explica que este saltador es conservador, ya que suele abrir el paracaídas a gran altura para así tener más tiempo en previsión de problemas. Como anécdota del salto reveló que en el momento del mismo una mariposa se le «acopló» en el vuelo, pero ante la acometida y la velocidad del saltador, pronto le abandonó a su suerte. Que, por fortuna, fue buena.
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